En el marco del Primer Domingo de Adviento de 2024, el sacerdote Marcos Somarriba ofreció una homilía cargada de esperanza y resistencia, donde convocó a los fieles católicos de Nicaragua, Cuba y Venezuela a enfrentar las injusticias de los regímenes autoritarios con «las armas de la fe»: solidaridad, esperanza y unión.
En un país como Nicaragua, marcado por la persecución política y religiosa, el mensaje del padre Somarriba resonó profundamente entre los presentes en la iglesia Santa Agatha de Miami, donde está exiliado.
Así expresó su mensaje el sacerdote, recordando las palabras del Evangelio de Lucas: “Levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”.
Adviento: la esperanza como resistencia
Somarriba enfatizó que la esperanza cristiana no es pasiva, sino activa y transformadora.
“La gente sufre, vive con miedo y angustia, sintiendo que hasta las estrellas de justicia caen sobre sus vidas. Pero Jesús nos asegura que la esperanza no defrauda. Él vendrá con poder y gloria, y nuestra angustia se transformará en alivio, tranquilidad y alegría”, expresó durante su homilía.
El sacerdote también hizo un llamado a no caer en el desánimo ni en las tentaciones que entorpecen el espíritu.
Las armas de los fieles: oración y acción
El padre Somarriba subrayó que los católicos cuentan con herramientas espirituales poderosas frente a la injusticia.
“Nuestra mejor arma no es la que mata, sino la que da vida: la oración. Nadie puede encarcelar la oración ni matar la esperanza. Jesús nos llama a orar continuamente, a velar y a esperar con fe, porque nuestra liberación ya está cerca”, expresó.
En este contexto, destacó la importancia de la unión entre los pueblos y las comunidades de fe.
Citó como ejemplo la iniciativa de los obispos centroamericanos, quienes han convocado a un día de oración especial el próximo 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, para pedir por la libertad de Nicaragua.
“Si un miembro sufre, sufrimos todos. Levantemos la cabeza y clamemos a Dios por la justicia que tanto anhelamos”, instó.
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Un grito por la libertad en Adviento
El sacerdote cerró su homilía con un llamado directo a los pueblos oprimidos de América Latina: “Levanta la cabeza, Venezuela. Levanta la cabeza, Cuba. ¡Levanta la cabeza, Nicaragua! Nuestra Madre, la Inmaculada Concepción, nos obtendrá la justicia y el retorno de los exiliados, la liberación de los encarcelados y la paz para los que sufren”.
Con fervor, Somarriba invitó a la comunidad a confiar en que la fe es capaz de superar incluso los mayores desafíos.
“La espiritualidad no es solo consuelo, es una visión de transformación. Unidos en oración, fortalecidos por la esperanza y la solidaridad, seremos testigos de la libertad que Cristo nos promete.”
La homilía del padre Marco Somarriba no solo ofreció consuelo, sino que encendió un llamado a la acción espiritual y comunitaria, reafirmando la fe como un arma pacífica pero poderosa contra las injusticias.
En un contexto de creciente represión, su mensaje se erige como un faro de esperanza para quienes luchan por la libertad y la dignidad en Nicaragua y más allá.