La reforma a la Constitución propuesta por la dictadura sandinista, plantea profundos cambios en la carta magna que incluyen extender los períodos presidenciales a 6 años en lugar de cinco; crear la figura de Co-presidente para garantizar la alternancia en el poder de la siniestra pareja Ortega Murillo y su estirpe corrupta.
Se trata de una masacre de derechos constitucionales y más que una reforma es una nueva constitución fabricada para garantizar el poder por más tiempo a la familia dictatorial, mientras aniquila las libertades individuales, los derechos políticos, elimina el pluralismo político y desecha la separación de poderes.
Además elevan a «símbolo patrio» la bandera roja y negra del FSLN y sus símbolos; integran a los paramilitares, responsables de cientos de crímenes atroces, como «policías voluntarios».
Se recetan seis años más de dictadura
Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo elevaron de cinco a seis años el período presidencial, cambian símbolos patrios y se adjudican el “poder del pueblo” representado en la Presidencia de la República.
“La presidencia de la República está integrada por un copresidente y una copresidenta que se eligen mediante el sufragio universal, igual directo, libre y secreto, resultando electos quienes tengan la mayoría relativa de voto”, se lee en el artículo 133 de la reforma
Al modificarse la constitución y entrar en vigencia efectiva en segunda legislación en 2025, las elecciones de 2026 cambian de fecha a 2027 al recetarse la dictadura el nuevo período de seis años, en vez de los cinco que se recetaron en 2021.
Más de 45 artículos constitucionales fueron anulados y se modificaron al menos 50 más.
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Institucionalizan los crímenes de lesa humanidad
La redacción, hecha a dedo por la siniestra co dictadora Murillo, aumenta las barreras represivas contra el pueblo y eleva a calidad de héroes a criminales de lesa humanidad, entre otras atrocidades.
Además elevan la «traición a la patria» a nivel constitucional e institucionalizan la pérdida de la nacionalidad.
Casi canonizan a Tomás Borge, a Chavez, a Fidel Castro Che Guevara y una caterva de asesinos y represores a nivel de «héroes de la patria», desconocen las sanciones internacionales y las invalidan.
Esto es significativamente grave: significa que atan a los bancos e instituciones financieras a no acatar las sanciones internacionales a condición de incurrir en «traición a la patria».
Cero pluralismo político y reviven juicio contra EEUU
Además eliminan el término «pluralismo político» y dejan solo «pluralismo cultural y social»; elevan a «deuda de Nicaragua» la sentencia de La Haya de 1987 contra EEUU; eliminan la libertad de expresión y la supeditan a los conceptos de paz y otros delirios represivos de la dictadura.
Además regulan y limitan la libertad de prensa a los conceptos de «soberanía», vigilancia del Estado y «noticias falsas».
Anulan la autonomía de la Costa Caribe en contraposición a las recomendaciones de la Corte IDH y subordinan la política exterior al discurso de China y Rusia y confrontan «por principios» a Estados Unidos, Europa y sus instituciones que velan por acuerdos internacionales suscritos por Nicaragua.
Masacre constitucional
También elevan a nivel institucional la propaganda militar del ejercito de llamarse «el pueblo mismo uniformado» y obediente a Ortega, con funciones de guardián de los preceptos del Carmen.
De hecho, le dan facultades a Ortega para que use a los guardias para reprimir junto a la policía; integran al Ministerio del Interior a la defensa y seguridad junto a la policía; reducen los magistrados de la CSJ a 9, con mayoría de mujeres; limitan a los contralores a tres.
A la misma vez, anulan la división y autonomía en los Poderes del Estado y los subordinan a la dictadura:
Además elevan a «símbolo patrio» la bandera roja y negra del FSLN y sus símbolos; integran a los paramilitares, responsables de cientos de crímenes atroces, como «policías voluntarios».
En resumen: es una masacre constitucional que viene a perpetuar la dictadura, aumentar la represión, legalizar los crímenes de lesa humanidad y alinear a Nicaragua en una confrontación directa contra EEUU y Occidente.