En una homilía marcada por un tono de crítica social, el padre Marcos Somarriba, párroco de la Iglesia Santa Agatha en Miami, usó el evangelio de la viuda que entrega sus últimas monedas para denunciar la pobreza y la represión que afectan a Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Durante su mensaje dominical, el sacerdote vinculó las enseñanzas de Jesús con la situación sociopolítica en estos países, responsabilizando a las élites corruptas de mantener a sus pueblos en la miseria.
Somarriba destacó el relato evangélico, donde una viuda da “todo lo que tiene” al templo, como un símbolo de la generosidad de quienes, aun en situación de pobreza, sostienen a sus familias y comunidades.
“La viuda representa a aquellos que, desde la necesidad, luchan con fe y sacrificio en medio de un mundo que ignora sus necesidades”, afirmó el sacerdote ante los feligreses.
Con este mensaje, el párroco buscó resaltar la dignidad de los más desfavorecidos y las dificultades que enfrentan ante estructuras de poder que, según él, perpetúan su sufrimiento.
Denuncia contra la corrupción y la desigualdad
El párroco hizo un enérgico llamado contra la corrupción y la desigualdad en Nicaragua, Cuba y Venezuela, a cuyos tiranos acusó de concentrar la riqueza en manos de un grupo reducido cercano al poder.
Según explicó, la acumulación de recursos por parte de los gobernantes “ha ampliado la brecha entre ricos y pobres”, restringiendo el acceso de la población a oportunidades de empleo y servicios básicos.
“No podemos olvidar que el pueblo de Nicaragua, si no pasa algo extraordinario, tendrá que esperar 330 años, es decir, 11 generaciones, para salir de la pobreza”, señaló, refiriéndose a un informe de la OCDE.
“Esta es una deuda inmoral que las élites corruptas han impuesto sobre los más vulnerables”, agregó.
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Represión y falta de libertades en el foco de la crítica
El sacerdote también aludió a la represión política que ha limitado la libertad de expresión y la capacidad de desarrollo en estos países, condenando lo que calificó como “una política de persecución y opresión”.
Somarriba afirmó que el control gubernamental inhibe la iniciativa privada y reprime a quienes luchan por sus derechos:
Al mismo tiempo, recordó el éxodo masivo de jóvenes y profesionales de estos países, que, en busca de mejores condiciones de vida, abandonan sus hogares, dejando a sus comunidades sin el personal capacitado necesario para impulsar sus economías.
“El éxodo de talentos es una herida abierta en estas naciones y, en muchos casos, la única salida para escapar de la miseria”, añadió.
Un llamado a la acción desde la fe
El padre Somarriba insistió en que la fe cristiana exige una respuesta activa ante la injusticia y el sufrimiento de los más pobres.
“Como seguidores de Cristo, estamos llamados no solo a ser generosos como la viuda, sino a ser defensores de la justicia”, afirmó, citando el pasaje bíblico de Mateo: “Lo que hiciste a uno de estos pequeños, a mí me lo hiciste”.
El párroco también exhortó a los fieles a unirse en solidaridad y defensa de los oprimidos, y en su oración final pidió por la conversión de los “gobernantes egoístas” que, según él, priorizan su enriquecimiento personal sobre el bienestar de la población.
“El ejemplo de la viuda en el evangelio es una inspiración para recordar que la verdadera generosidad y justicia van de la mano. Que su sacrificio nos impulse a vivir con fe y a actuar en favor de los oprimidos”, concluyó el padre Somarriba en su mensaje dominical.
A continuación, presentamos los diez mensajes principales que la homilía del padre Somarriba nos invita a reflexionar en torno a la situación de los más vulnerables.
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1. La Generosidad de la Viuda: Un Ejemplo para Hoy
- La viuda del Evangelio que “arroja en la ofrenda todo lo que tiene” se convierte en símbolo de sacrificio y fe. Somarriba subraya que no es la cantidad, sino “la intención y el amor” en lo que damos, lo que realmente importa. Esta figura representa a quienes, desde la pobreza, sostienen a sus familias, similar a las remesas que envían los migrantes nicaragüenses para apoyar a sus seres queridos en situación de necesidad.
2. Pobreza como Condición y como Creación de la Corrupción
- El padre Somarriba criticó a los líderes corruptos, comparándolos con los opresores de los tiempos de Jesús, que “se han vendido por unas monedas de plata” y se enriquecen a costa del sufrimiento de su pueblo. Señaló que esta avaricia perpetúa “ciclos de pobreza y opresión”, contribuyendo a que países como Nicaragua necesiten “330 años para salir de la pobreza”.
3. La Justicia Social como Mandato Cristiano
- Recordando a los oyentes su responsabilidad cristiana, Somarriba insistió en que “la verdadera adoración que Dios desea” no es solo un acto de fe, sino un compromiso con el cuidado de los vulnerables. En palabras del Evangelio: “Lo que hiciste a uno de estos pequeños, a mí me lo hiciste” (Mateo 25:40).
4. Desigualdad y Concentración de Riqueza
- La desigualdad, provocada por “la concentración de la riqueza en manos de un pequeño grupo cercano al gobierno”, es otra raíz de la pobreza según el padre Somarriba. La homilía denuncia cómo esta realidad restringe el acceso a oportunidades para la mayoría, generando una brecha que solo crece.
5. La Corrupción: La Raíz del Sufrimiento Social
- “La corrupción endémica ha desviado fondos que podrían haberse utilizado para mejorar servicios públicos esenciales”, señaló Somarriba, dejando millas de personas sin acceso a salud, educación y oportunidades de trabajo. El sufrimiento que genera esta corrupción, afirmó, “no es solo económico, sino también espiritual y ético”.
6. Represión y Falta de Libertades como Obstáculos al Progreso
- En sus palabras, el padre Somarriba denunció la represión política que ha silenciado a quienes buscan cambios, generando un clima de miedo y desesperación. Sin libertad de expresión ni derechos civiles, los pueblos de Nicaragua, Cuba y Venezuela sufren “la confiscación de sus sueños y la represión de su dignidad”.
7. El Éxodo de Talentos y Juventud
- La emigración masiva de jóvenes y profesionales, mencionada en la homilía, es un fenómeno que priva a las naciones de mano de obra calificada y talento, debilitando aún más la economía. Este éxodo, afirmó el párroco, es una herida abierta que profundiza la crisis en estos países.
8. El Papel de la Iglesia en Denunciar la Injusticia
- Somarriba lanzó una crítica hacia aquellos líderes religiosos que, al igual que en tiempos de Jesús, se han “vendido por unas monedas de plata” y permanecen en silencio o niegan la opresión actual. Su llamado fue claro: “Como seguidores de Cristo, estamos llamados no solo a ser generosos, sino también a ser defensores de la justicia”.
9. Solidaridad con los Oprimidos
- “La comunidad de fe está llamada a levantarse, a unirse en solidaridad y trabajar en defensa de los derechos de quienes son oprimidos”, afirmó Somarriba, destacando el papel de los cristianos en acompañar a quienes luchan por justicia. Su mensaje resonó con fuerza, apelando a la comunidad a no ser indiferente.
10. Un llamado a la esperanza y la fe
- La homilía culminó en una oración para que “Dios toque los corazones de los malos y egoístas gobernantes”, recordando que “para Dios no hay nada imposible”. Este llamado a la esperanza fue una luz en medio de un mensaje de crítica y reflexión.