Peñas Blancas
Más de 500 nicaragüenses sufren el bloqueo de la dictadura en Peñas Blancas.

Una verdadera crisis humanitaria se vive desde hace 90 horas en el puesto fronterizo Peñas Blancas, frontera sur de Nicaragua, generada a partir de la indolencia migratoria del régimen Ortega-Murillo contra más de 500 migrantes nicaragüenses a quienes les han cerrado las puertas de acceso al país.

La crisis se empezó a generar hace cinco días cuando llegaron los primeros 45 nicaragüenses procedentes de Costa Rica y Panamá a tratar de ingresar al territorio, con sus documentos en orden.

Sin embargo, la dictadura les negó el acceso alegando que deben entregar las pruebas negativas de Covid-19, de lo contrario, no podrían entrar a su patria.

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Policía sandinista
Policía sandinista, preparada a reprimir a los migrantes nicas en Peñas Blancas

500 nicaragüenses sufren el desprecio de la dictadura

La crisis ha aumentado cuando ya son más de 500 los nicaragüenses agolpados en un reducido paso migratorio, donde yacen a la intemperie sin alimentos, agua, servicios sanitarios y techo para protegerse del sol y la lluvia.

Entre ellos hay niños, mujeres y terceras de la persona edad.

Este 23 de julio, el activista de derechos humanos Gonzalo Carrión, visitó la zona para constatar la grave situación generada por la indolencia e ineptitud de la dictadura, que al reclamo de los nicaragüenses respondió con represión, al mandar a más de 200 policías antimotines fuertemente armados.

Los nicaragüenses han estado siendo asistido desde el lado costarricense con agua y víveres, mientras del lado de Nicaragua les han puesto un cordón de policía y agentes de seguridad y migración toman fotos y videos, lo cual ha evidenciado el desprecio absoluto por la suerte de sus compatriotas migrantes por parte de la dictadura.

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Peñas Blancas
Crisis humanitaria en Peñas Blancas.

Que pasen los furgones, los migrantes no

En medio de su rabia y frustración, los migrantes quisieron protestar, pero la dictadura hizo lo que mejor sabe hacer: reprimir. Los empujaron de la vía para permitirle el paso de furgones del sur hacia territorio nicaragüense.

“Es inaudito lo que estamos viendo y lo que está sufriendo la gente más sencilla y trabajadora de Nicaragua. A los turistas les abren las puertas y los reciben con flores, a los nicas les cierran las puertas y no les pasan ni agua“, dijo Carrión.

Ellos esperan que la inepta y negligente dictadura de Nicaragua les permita ingresar a su patria, pero al dictador, en su búnker, no le conmueve la suerte de sus ciudadanos y exige que presenten una prueba negativa de coronavirus.

Ellos reclaman dónde están las 26,000 pruebas donadas por el BCIE, las 5,000 donadas por Rusia y las 100,000 que la dictadura ha mandado a traer para vender a 150 dólares, las más caras del continente en el segundo país más pobre de América.

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