El régimen de Daniel Ortega sufrió una derrota contundente en su intento de colocar a Valdrack Jaentschke, su espía y operador político, al frente de la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
La votación, que dejó en evidencia el aislamiento diplomático de Nicaragua en la región, contó con el respaldo únicamente de los regímenes de Ortega y de Xiomara Castro en Honduras.
Los gobiernos de Costa Rica, Guatemala y República Dominicana votaron en contra. Panamá y El Salvador se abstuvieron, imposibilitando así alcanzar el consenso necesario para la elección.
La candidatura de Jaentschke, ampliamente criticada por su oscuro pasado en inteligencia y represión durante el régimen sandinista, fue vista como un intento de Ortega por consolidar su nociva influencia en la región.
Oposición celebra derrota sandinista en el SICA
Sin embargo, la firme oposición de varios países del SICA demostró que los esfuerzos del régimen nicaragüense por imponer su control sobre las instituciones regionales no prosperarán tan fácilmente.
Carlos Fernando Chamorro, destacado periodista nicaragüense en el exilio, calificó el resultado como una derrota no solo para Ortega, sino también para su aliado, Vladimir Putin, quien busca ampliar su influencia en la región a través de la dictadura sandinista.
“Ortega y Putin pierden votación en el SICA para elegir a su operador político Valdrack Jaentschke. Solo los gobiernos de Ortega y Xiomara Castro lo respaldaron. Costa Rica, Guatemala y Dominicana apoyaron a otra candidata. Panamá y El Salvador sin decisión. No hubo consenso”, señaló Chamorro, subrayando el fracaso diplomático de la dictadura.
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Derrota de Ortega en el SICA
El ex preso político y politólogo Félix Maradiaga celebró el resultado como un triunfo significativo para la democracia en Centroamérica.
“La derrota de la candidatura de Ortega para la Secretaría General del SICA representa un triunfo importante para la democracia en la región. Este resultado evita que el SICA caiga en manos de un representante del régimen de Ortega, lo cual habría significado un retroceso para la integración y los valores democráticos en Centroamérica”, afirmó Maradiaga.
Asimismo, destacó el papel crucial de las plataformas de oposición que, unidas, lograron frenar los intentos del régimen sandinista de cooptar la institución regional.
Maradiaga también cuestionó la legalidad de la permanencia de Nicaragua en el SICA, dado su retiro de la Organización de los Estados Americanos (OEA), argumentando que los documentos constitutivos del SICA están claramente vinculados a los principios de la OEA.
Centroamérica «batea» al espía de los Ortega-Murillo
Juan Sebastián Chamorro, otro líder opositor nicaragüense en el exilio, agradeció a los cancilleres por «escuchar» y evitar la elección de Jaentschke, a quien calificó de «delincuente».
Chamorro enfatizó que la campaña de la oposición, que incluyó comunicaciones directas con los ministros de Relaciones Exteriores y un uso efectivo de las redes sociales, fue clave para impedir que Jaentschke ocupara la Secretaría del SICA.
Desde la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), se emitió un comunicado en el que se celebra la derrota de Jaentschke como un «enorme triunfo para Nicaragua».
El comunicado denuncia la intención de imponer a un «criminal de lesa humanidad» en una posición clave del SICA y resalta la importancia de mantener una vigilancia constante contra los operadores del régimen de Ortega.
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La vocera del régimen, Rosario Murillo, reaccionó con irritación ante la derrota y expresó su frustración por la falta de consenso en la votación, sugiriendo que se realicen nuevos encuentros en apoyo a sus espías.
“Propondremos realizar nuevos encuentros para alcanzar la cada vez más necesaria decisión que no puede seguirse postergando a menos que Centroamérica decida prescindir de este sistema en vez de robustecerlo”, declaró Murillo a través de los medios oficialistas, en un claro intento de deslegitimar el proceso de elección del SICA.
Valdrack Jaentschke: espía y represor sandinista
Valdrack Jaentschke tuvo un rol represor en la maquinaria represiva del régimen sandinista desde los años 80.
Es un actor clave en la persecución de la oposición, la represión de medios independientes y en el acoso a organizaciones de la sociedad civil, utilizando su experiencia en inteligencia para consolidar el control de Ortega sobre Nicaragua.
Su candidatura al frente del SICA se ve como un intento de exportar las tácticas represivas del régimen nicaragüense a nivel regional.
La derrota de Jaentschke representa no solo un revés para Ortega y su círculo cercano, sino también una victoria para los defensores de la democracia y los derechos humanos en Centroamérica.
Esta decisión del SICA marca un punto de inflexión en la lucha contra las influencias autoritarias y refuerza el compromiso de la región con los valores democráticos y el respeto a las libertades fundamentales.