Periodismo en Nicaragua
La dictadura de la familia criminal de lesa humanidad, Ortega-Murillo, ha emprendido una cacería contra los periodistas independientes en Nicaragua.

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene vigente su odio contra los periodistas independientes. En los primeros quince días de este mes, su dictadura ha desatado otra jornada de cacería en contra de los comunicadores en Nicaragua.  

A Murillo, señalada de ordenar la persecución, no le importa si los periodistas están jubilados, enfermos o retirados del oficio.

Ella manda a sus represores a secuestrarlos y ponerlos bajo el humillante y esclavizante régimen de “casa por cárcel”. 

Su objetivo parece claro: busca exterminar al periodismo independiente y callar cualquier voz que no se alinee a su discurso autoritario, ello pese a que el país ya no cuenta con medios independientes porque los mandó cerrar y saquear sus instalaciones.          

La modalidad es burda y grosera: hombres vestidos de civil, en carros o motos particulares y placas ordinarias, llegan a las viviendas haciéndose pasar por otras personas como mensajeros, trabajadores de distribución de paquetería o distribuidores de comidas rápidas.

“Buenas noches. Traemos un servicio de alitas que pidió el señor… ¿Me lo puede llamar?”, dijo un motorizado que llegó a la casa donde vivió un periodista en retiro.  

La familia respondió con la verdad: “ya no vive aquí y nadie ha pedido nada de comida”. A los dos minutos una patrulla llegó a allanar la vivienda y confiscar equipos informáticos, celulares, documentos familiares y hasta el módem de Internet.

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Amenazan con cárcel a periodistas

En otro caso, dos policías de  «inteligencia», vestidos de civil llegaron disfrazados de “cobradores” de una casa comercial a retirar un electrodoméstico inexistente a la vivienda de la familia de un periodista exiliado.

La familia rechazó el ingreso de los dos represores, quienes al no encontrar al periodista, amenazaron con cárcel a la familia si este no se presentaba al día siguiente a firmar una hoja de control a la estación policial.  

Al amanecer siguiente, la policía fiel a la familia dictatorial llegó a allanar la casa y se llevaron desde libros y documentos familiares, hasta un radio de batería y el teléfono familiar.

La brutal ola represiva, manejada en silencio y con prudencia por los periodistas asediados y sus familias, ha llegado a conocimiento de organizaciones de monitoreo y seguimiento de Derechos Humanos fuera de Nicaragua.

Periodistas
En Nicaragua, más de 263 periodistas se han exiliado debido a la persecución de la dictadura criminal Ortega-Murillo.

Dictadura por «exterminio total» de la prensa

“Hemos visto que existe de parte del régimen actual, como de querer pasar a una fase que nosotros miramos gris, llegar al exterminio de cualquier vestigio de prensa independiente en Nicaragua”, dijo el observador independiente José Ulloa, de la organización internacional Voces del Sur.   

“Si en algún momento dijeron ‘vamos con todo’, ahora creo que dirán ‘vamos al exterminio total’ de la prensa”, consideró el observador internacional.

Informó que en las últimas tres semanas han conocido de unos 15 allanamientos en viviendas de periodistas Nicaragua, lo que ha resultado en más éxodo de comunicadores.  

“Los comunicadores se ven obligados a migrar forzados al exilio, con la única finalidad de salvaguardar su vida, su integridad y la de su familia”, denunció.

Aparte de los allanamientos registrados, las fuerzas represivas de la dictadura sostienen una política de persecución, amenazas, estigmatización, espionaje y control policial contra decenas de periodistas.  

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Odio alcanza a periodistas oficialistas

Voces del Sur recordó que la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), documentó que las amenazas, asedio e intimidación también se han extendido a los familiares de periodistas.   

“También han crecido las acciones de desprestigio, calumnias y difamación por parte de los portavoces del gobierno, ya sean estos sujetos propagandistas o funcionarios estatales”, dijo el funcionario de Voces del Sur.  

El asedio y la persecución se ha extendido, incluso, contra periodistas oficialistas, según las denuncias anónimas que ellos mismos han hecho llegar a organizaciones de derechos humanos.  

Uno de ellos filtró que en los grupos de WhatsApp de los medios oficialistas, los más radicales periodistas al servicio del régimen están colaborando activamente con las fuerzas de seguridad, reportando cualquier información para perjudicar a los periodistas independientes o sospechosos de serlo.  

“Ahorita con el alboroto del 19 de julio algunos jefes y editores se andan riendo y gozando con la persecución. Ellos dicen que están colaborando con la operación ‘Aquí Nicaragua Libre’ de periodistas golpistas o traidores a la patria”.

periodista oficialista

“Y llaman y presionan a los demás a colaborar más activamente. Incluso se encargan misiones: ubiquemos a aquella que presentaba en tal canal o aquel que era editor de tal periódico y estudió con vos”, denunció desde el anonimato el periodista oficialista.  

Periodistas oficialistas
Los periodistas oficialistas, pese que han asumido un rol de vocería a favor de la dictadura a cambio de trabajo, no se han salvado de la represión y muchos de ellos buscan opciones de parole, exilio y filtran información a los medios independientes.

Dictadura quiere acabar con toda voz crítica  

Salvador Marenco, coordinador de Incidencia y Comunicación del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, confirmó que han conocido recientemente del desplazamiento forzado de varios periodistas o antiguos colaboradores de medios de comunicación.  

Indicó que conocieron que la redacción completa de otro medio digital se exilió este mes, igual que lo hizo la redacción completa de La Prensa en su momento.

En julio de 2022, un año después del asalto policial y confiscación de sus instalaciones en carretera Norte, todo el equipo de redacción del diario La Prensa tuvo que exiliarse.   

Ahora, en julio de 2024, los agentes de la policía de los dictadores han llegado a las viviendas de periodistas nicaragüenses a allanar y ponerlos bajo régimen de casa por cárcel o control de firmas.

Periodistas deben seguir denunciando  

Periodistas jubilados, algunos con graves enfermedades crónicas, antiguos reporteros en retiro y hasta docentes universitarios de la extinta Universidad Centroamericana, hoy están amenazados con cárcel si no se presentan a firmar.  

“El grupo de personas que tienen enfermedades crónicas o enfermedades graves, adultos mayores, por ejemplo, están en una situación de especial vulnerabilidad porque se les está obligando al desplazamiento fuera de su país, donde no tienen acceso o tienen difícil acceso al sistema de salud, a una fuente de empleo”. 

Marenco considera que las organizaciones internacionales, los periodistas exiliados y los desplazados internamente, deben seguir denunciando la situación de acoso y persecución, como lo han hecho ellos desde el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.  

“Lo que la dictadura quiere, con perseguir a los periodistas, es normalizar esta situación y no podemos permitir que se normalice la persecución, que se normalice el destierro, que se normalice la criminalización, la tortura, la falta de información”, apuntó.    

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