Los nicaragüenses afirman que sus principales problemas son la economía (54%) y la crisis política (28%), factores que empujan a uno de cinco de cada 10 nicaragüenses a tener intención de emigrar a Estados Unidos o Costa Rica, según la última encuesta del Barómetro de las Américas, publicado por la Universidad de Vanderbilt.
Asimismo la encuesta indica que Nicaragua encabeza la lista de países de América Latina y el Caribe el país con la tasa más alta de solicitud de sobornos en América Latina y el Caribe en 2023, es decir, con la mayor cantidad de casos en los que funcionarios públicos han solicitado dinero a los ciudadanos para ejecutar sus funciones o agilizar trámites.
La confianza en el gobierno sandinista ha disminuido considerablemente en todos los niveles, desde las alcaldías hasta la presidencia, reflejando una caída en la aprobación de Ortega del 61% en 2016 al 34% en 2023.
Solo el 31% de la población confía en el proceso electoral. La Iglesia Católica es la institución con mayor credibilidad, obteniendo un 60% de aprobación, indica la encuesta.
Democracia y libertad de expresión
A pesar de los desafíos, un 57% de los encuestados aún considera que la democracia es la mejor forma de gobierno, aunque la satisfacción con el régimen actual es mínima, con solo un poco más del 36% expresando estar satisfecho.
La falta de libertad de expresión es evidente, con un 81% de la población percibiéndola como inexistente, y un 74% manifestando temor a hablar de política en espacios sociales. El pesimismo respecto al cambio es alto, con un 37% considerándolo imposible.
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Aproximadamente un 55% desea poder participar en manifestaciones pacíficas, y un 36% apoya la participación de la oposición en elecciones competitivas y transparentes.
Líderes en los sobornos
El informe “Pulso de la democracia 2023” de LAPOP Lab, un centro de excelencia en la investigación internacional por encuestas, ubicado en Vanderbilt University, el 18% de la población encuestada en Nicaragua aseguró que en el último año un empleado público solicitó sobornos.
En el lado opuesto se encuentra Uruguay, país en el que el 1% de la muestra aseguró haber sido víctima de sobornos.
Según el estudio, a nivel general, los hombres son cuatro puntos porcentuales más propensos que las mujeres a que se les pida un soborno. También existe una relación negativa entre la edad y que se le pida un soborno: el grupo más adulto (66+) es seis puntos porcentuales menos propenso a que le pidan un soborno que las personas entre 26 y 35 años.
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Lapop señala que tanto la educación como la riqueza del hogar están asociadas positivamente con la probabilidad de que a alguien le pidan un soborno. Además, existe una asociación pequeña, aunque estadísticamente significativa, entre la solicitud de un soborno y el lugar de residencia: los ciudadanos urbanos tienen un poco más de probabilidad de que les pidan un soborno que los residentes de las zonas rurales.
El estudio destaca que en promedio, la solicitud de sobornos por parte de los empleados públicos ha vuelto a los niveles más modestos registrados antes de la pandemia del COVID-19, la cual brindó temporalmente nuevas oportunidades para la corrupción en todos los niveles de gobernanza.
“Si bien la corrupción a nivel de calle ha disminuido, el público sigue preocupado por la integridad en la política de alto nivel. Las preocupaciones sobre la probidad de las elecciones son generalizadas y la confianza en las elecciones ha disminuido en la región, y de manera particularmente sorprendente en Nicaragua, Perú y Surinam”, señala el estudio.