El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, reflexionó sobre la importancia de estar siempre dispuestos a brindar la mano a quienes lo necesiten y del poder que tiene Jesús de curar padecimientos «patológicos religiosos» como el legalismo y la hipocresía, así como «patologías políticas», relacionadas con el autoritarismo y la corrupción.
Báez citando el evangelio del domingo del libro de Marcos 1:31, referido al momento en que Jesús salido de la sinagoga, fue a casa de Simón y sanó a la suegra de éste. Acompañado de Andrés, con Jacobo y Juan, fueron a la casa porque la suegra de Simón «yacía enferma con fiebre y enseguida le hablaron de ella. Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó».
Manos para ayudar no para arrebatar ni amenazar
«Las manos son para expresar cercanía, levantar al que está caído o prestar ayuda», señaló el obispo Auxiliar en su cuenta de X el domingo, para luego agregar que «las manos nunca se deben abrir voraces para arrebatar, no se deben cerrar egoístas para acumular, ni se deben extender para amenazar, atemorizar o maltratar a los demás».
El obispo Carmelita que fue ratificado en su cargo como Auxiliar de Managua por el Papa Francisco hace dos semanas, es una de las voces más fuertes de la Iglesia Católica nicaragüense que sufre una feroz persecusión de parte de la dictadura sandinista cuyas cabezas son Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Monseñor Báez, también abordó el lunes en cuenta de X, el evangelio de Marcos 6:56, que tiene que ver con la grandeza de Jesús, que dondequiera que entraba en las aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto; «y todos los que lo tocaban quedaban curados».
El obispo Auxiliar de Managua, indicó que al igual que lo hizo en el tiempo que estuvo en la tierra, Jesús hoy tiene el mismo poder y autoridad de sanar no solo padecimientos físicos, sino actitudes en las iglesias que más que ser consecuentes con lo que dice en el evangelio, son mal predicado de los sacerdortes y obispos que las practican.
«Acogido hoy en la fe, Jesús y su Evangelio nos puede curar los comportamientos patológicos religiosos (legalismo, hipocresía, rigorismo)», escribió Báez. Padre Marcos Somarriba: «Jesucristo no negocia con el mal»
Pero también indicó que el poder de Jesús puede ayudar a superar enfermedades en las clases políticas, sobre todo en los que ejercen el poder, como es el caso de los dictadores Ortega-Murillo en Nicaragua. «Acogido hoy en la fe, Jesús y su Evangelio nos puede curar también las patologías políticas (autoritarismo, corrupción, populismo)», afirmó el religioso de la orden Carmelita.
El primer obispo obligado a salir de Nicaragua
Báez fue el primer sacerdote y obispo que se vio obligado a salir de manera involuntaria de Nicaragua en 2019, luego que el Papa le pidiera abandonar Nicaragua, por temor a que la dictadura atentara contra su vida.
«Yo no he pedido salir de Nicaragua. He sido llamado por el Santo Padre», dijo Báez el 12 de abril de 2019, cuando se anunciaba en una rueda de prensa su salida de Nicaragua. «Esta decisión del Santo Padre, que yo he aceptado y asumido en plena obediencia amorosa, ha hecho llorar mi corazón», aseguró el obispo Auxiliar.
Cuando se le preguntó si eso podrá tener que ver con las amenazas de muerte en su contra denunciadas a inicios de abril por la entonces embajadora de Estados Unidos en Nicaragua Laura Dogu, Báez confirmó que a mediados del 2018 y en medio de las protestas, había sido alertado acerca de un posible atentado contra su vida.
“Recibí una llamada del departamento de política de la embajada de los Estados Unidos para decirme que tenían plena certeza que había un plan para asesinarme, que tuviera cuidado», declaró Báez.
Fue el cardenal Leopoldo Brenes quien dio la noticia de la salida de Báez. «El Santo Padre manifestó algunas inquietudes y, al final, le ha pedido a monseñor el deseo de él, de que pueda ir un tiempo a Roma», fue el resumen que Brenes.