El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, al finalizar su eucaristía de este domingo, se refirió al destierro de los obispos, Rolando Álvarez e Isidoro Mora, tres seminaristas y 15 sacerdotes que fueron enviados a El Vaticano este domingo.

“La dictadura sandinista y criminal de Daniel Ortega no ha podido contra el poder de Dios. Los obispos, sacerdotes y seminaristas, que estaban secuestrados injustamente porque son inocentes, han aterrizado en el aeropuerto de Roma y han sido acogidos por la Santa Sede”, dijo Báez antes de la bendición final de la eucaristía y pocos minutos después de conocerse la información.

El jerarca católico invitó a los fieles a agradecer al Papa Francisco, quien se ha pronunciado en dos ocasiones sobre Nicaragua en lo que va del año.

“Quisiera invitarlos a todos a que le demos gracias al Papa Francisco por su interés, su cercanía y su cariño por Nicaragua y por la eficacia de la diplomacia vaticano. Gracias al Señor y gracias a la Santa Sede, hoy celebramos esta gran alegría”, dijo Báez.

“Ha sido una muestra del poder de la oración del pueblo de Dios y todo el esfuerzo de la presión internacional que se ha hecho sobre esta dictadura irracional y criminal. Sobre todo, de la sabia actuación de la diplomacia vaticana. Podemos dar gracias a Dios que nuestros pastores están libres”, puntualizó.

La noticia

Un avión con los dos obispos y los 16 religiosos que permanecían secuestrados por la dictadura Sandinista, incluyendo el Obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, llegó a El Vaticano este domingo 14 de enero, según confirmó el padre Uriel Vallejos y fuentes extraoficiales a Café con Voz más temprano.

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«Los Ortega Murillo quieren dejar sin sacerdotes a Nicaragua. Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio. Viva Nicaragua libre!! Viva la Iglesia Católica!! Viva los curas exiliado!! Vivan los exiliados!!» publicó Vallejos.

Fuentes diplomáticas informaron a Café con Voz, que los dos obispos y los sacerdotes, viajaron a Roma haciendo escala en Lisboa (Portugal) y que ya se encuentran en El Vaticano.

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En su homilía, Báez destacó que muchas veces, Dios vuelve a llamar a cada individuo para asignarle una misión.

“Dios nos vuelve a llamar en la noche, pronunciando nuestro nombre e invitándonos a emprender un camino desconocido y encomendándonos una misión que ni siquiera imaginábamos. Como la primera vez, siempre que Dios nos llame, aunque nos parezca inoportuno o incomprensible, hay que responder como Samuel con confianza y docilidad: “Sí, yo; habla Señor, que tu siervo escucha”, dijo Báez.

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