La Fundación por la Libertad de Expresión y la Democracia (FLED), registró 86 agresiones a la libertad de prensa en 2023, destacando que en la dictadura implementó el destierro, las confiscaciones, detenciones ilegales y acoso a familiares de periodistas.
“Los datos sistematizados en informe, confirman que el ejercicio del periodismo independiente continúa bajo ataque, es perseguido y criminalizado y que el país se está convirtiendo en uno de los países más peligrosos para ejercer periodismo en la región centroamericana”, señaló Fled.
La Fled documentó un total de 50 alertas de violaciones a la Libertad de Prensa las cuales se tradujeron en 86 casos en contra de 64 víctimas, de las cuales 22, el 34.4% son del género femenino y 42 personas, el 65.6%, son del género masculino.
“Los datos recogidos en esta sistematización confirman que en 2023, el Estado de Nicaragua no muestra ninguna mejoría en torno a la libertad de expresión, de prensa y de acceso de la información; más bien está convirtiendo al país en uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo en la región centroamericana”, señala el informe.
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El 2.3% de las agresiones afectaron a personas jurídicas, incluyendo las radios comunitarias Yapti Tasba Bila Baikra y Yapti Tasba Bila Baikra, ubicadas en la Costa Caribe Norte.
El consolidado de Fled señala que entre enero y marzo se registraron la mayor cantidad de agresiones a la libertad de prensa, con 38; seguido por el tercer trimestre de 2023, cuando se registraron 20.
El discurso de los paniaguados y rastreros
Además, el discurso estigmatizante y el lenguaje de odio persiste como patrón de violencia y se intensificó este año 2023. Funcionarios públicos como Moisés Absalón Pastora e incluso hasta el Jefe del Ejército Sandinista, Julio César Avilés mantienen una campaña sin éxito, de desacreditación y difamación personal y profesional en contra de periodistas y medios independientes; al igual que lo hacen los voceros oficialistas Enrique Quiñonez y William Grigsby.
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FLED constató que en cinco de los 17 departamentos ya no existe práctica periodística independiente. Muchos de los periodistas de estos departamentos han migrado, se han autocensurado, exiliado, o han dejado la labor periodística para dedicarse a otras labores que les permitan subsistir y mantenerse a salvo.
Los pocos periodistas que continúan ejerciendo la profesión dentro de Nicaragua, lo hacen desde la “clandestinidad”. Otros sobreviven en medios radiales y televisivos haciendo coberturas neutras y enfocados en los temas que no incomoden al poder político