Voces en Libertad
A la dictadura Ortega-Murillo no le importa que la iglesia Catolica viva esta semana sus días santos, este lunes detuvo y propinó una golpiza al sacerdote Donaciano Alarcón, de origen panameño, a quien expulsó a Honduras, mientras que al sacerdote uruguayo Néstor Mendoza, no le dejaron ingresar a Nicaragua.
El sacerdote Donaciano Alarcón, de origen panameño, tenía a cargo los templos católicos de los municipios de San José de Cusmapa y Las Sabanas, ambas zonas del departamento de Madriz. Contó para este reporte que la tarde de este lunes, agentes policiales lo detuvieron en horas de la mañana en la ciudad de Estelí, para conducirlo al cuartel policial de esta localidad, donde le propinaron una golpiza y lo encarcelaron por horas, para posteriormente, en la tarde, expulsarlo a Honduras.
Su detención se habría originado porque el padre Alarcón ya había manifestado en las misas a la feligresía católica del municipio indígena de Cusmapa y Las Sabanas, de que la iglesia realizaría las procesiones de la Semana Santa en ambas localidades. Al parecer, militantes sandinistas infiltrados en las actividades religiosas pasaron la información al Secretario Político del Frente Sandinista de Liberación Nacional, César Olivas, sobre las intenciones del párroco.
“Al padre Alarcón lo golpearon en las celdas de la policía de Estelí, por órdenes del Comisionado Mayor Alejandro Ruiz Martínez, porque el pasado domingo, realizó la procesión de Ramos, y después lo trasladaron hasta la frontera El Espino, con Honduras, para expulsarlo del país. Él ahora se encuentra en el municipio fronterizo de San Marcos de Colón, en Honduras, y está bien golpeado”, confió una fuente cercana al sacerdote panameño, quien logró conseguirle albergue en esa localidad hondureña.
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“Esta acción criminal en contra de nuestro sacerdote Donaciano Alarcón es una muestra más del abuso de poder de Daniel Ortega y la Rosario Murillo que no son católicos, sino el demonio personificado en ellos, que quieren acabar con la fe que profesamos los católicos”, dijo don Manuel, un católico originario de la ciudad de Somoto, Madriz, que pidió no revelar su apellido por miedo a represalias.
Palacagüina sin párroco
Desde el pasado fin de semana, la feligresía católica del municipio de Palacagüina, zona también de Madriz, desconocen el paradero del padre Néstor Mendoza. Mendoza volvía al país, procedente de Uruguay, de donde es originario, pero aparentemente la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no se lo permitieron. El sacerdote tenía a cargo el templo católico de Palacagüina.
“Nosotros lo que sabemos es que al padre Néstor Mendoza, el gobierno no lo dejó ingresar al país para retomar sus labores al frente del templo de aquí de Palacagüina”, dijo don Bonifacio Martines, quien agregó que si en verdad los del gobierno creen en Dios, deberían de respetar la fe católica.
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En muchas zonas de la región de Las Segovias (y que comprende los 27 municipios de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia) la gran mayoría de la feligresía católica está dejando de asistir a los templos e iglesias debido a la fuerte represión gubernamental.
“Esta gente (Ortega y Murillo) son verdaderos demonios que odian a Dios, manipulando la fe, con sus mensajes de amor y paz, aunque en el fondo sus corazones están llenos de odio y desprecio al ser humano. Son y siguen siendo malos, y han arrastrado a sus seguidores (militantes sandinistas) a manipular la religión como lo hacen los alcaldes y los funcionarios del Estado”, asegura una feligresa somoteña.
“Si usted ahora ve que los templos lucen casi vacíos, no porque vayamos a abandonar nuestra religión sino por temor a que nos hagan algo dentro de las iglesias”, contó otro feligrés que no quiso ser identificado por temor a represalias por parte del régimen.