Este 12 de agosto, el Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, culminó su retiro espiritual y condenó el secuestro de Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, quien cumple este viernes nueve días de permanecer sitiado por la Policía Sandinista.
“Condeno el secuestro de mi hermano Mons. Rolando Álvarez de parte de la dictadura de Nicaragua. Estoy cerca de él con mi cariño y mi oración. Es una luz que brilla en las tinieblas, que las tinieblas no podrán apagar (cf. Jn 1,5). ¡Él y quienes lo acompañan deben ser liberados!”, publicó Báez en su cuenta de Twitter.
De la jerarquía católica nicaragüense, el mensaje de Báez ha sido el más contundente y el único que ha rechazado la retención ilegal del régimen sandinista, que acusa a Álvarez de conspirar para organizar grupos violentos.
“He vivido quince días de silencio, dedicado a la oración y a la escucha de la voz del Señor. Un tiempo de luz, de consuelo y de fortaleza en comunión con Jesús. ¡Gracias a los padres jesuitas por su acogida y acompañamiento! ¡Y gracias a todos por sus recuerdos y oraciones!”, añadió Báez en otro Tweet.
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El jerarca católico anunció el pasado 27 de julio que permanecería en un retiro espiritual hasta este 12 de agosto. Cinco días después, la dictadura emprendió la cancelación de medios católicos y una segunda persecución contra Álvarez.
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“Hasta el 12 de agosto estaré en retiro espiritual fuera de USA, en una comunidad de la Compañía de Jesús. No estaré en las redes, no recibiré mensajes, ni celebraré misa en Miami. Les pido su oración para que el Señor me conceda un tiempo luminoso de renovación espiritual”, publicó Báez el 27 de julio.
Álvarez enfrenta la segunda persecución del régimen en lo que va del 2022, pero esta vez, con la amenaza de un proceso penal en su contra.
En la primera persecución, el jueves 19 de mayo, Álvarez denunció en sus redes sociales que era perseguido por la Policía Sandinista y que lo han asediado durante una visita a sus familiares en Managua.
“Hoy he sido perseguido durante todo el día por la Policía Sandinista. Al final de la tarde, encontrándome en la casa de mi sobrina, fui a preguntarle a los oficiales que por qué me persiguen, pero me dijeron que ellos solo siguen órdenes”, denunció Álvarez en una transmisión desde las redes de la Diócesis de Matagalpa.