VOA. En sus 38 años de experiencia, el reportero gráfico del diario La Prensa que se identifica como «Luis», jamás había tenido que dejar atrás sus equipos de trabajo para salir de Nicaragua de forma abrupta. Partió al exilio únicamente con una pequeña mochila con unas cuantas camisas. También llevó consigo -agrega- “incertidumbres, temores y nostalgia”.

Este reportero, que cubrió la guerra en Nicaragua durante la década de 1980, tomó la decisión de salir del país después de que su vivienda fuera allanada “con lujo de violencia” dos veces consecutivas. Su última cobertura fue la salida de las de 18 monjas que fueron recibidas por Diócesis de Tilarán, en Costa Rica, recibe a misioneras expulsadas por la dictadura

“Sabía que venían por mí, así que activé mi protocolo de seguridad y empecé a moverme a casas de seguridad mientras esperaba mi salida”, cuenta el veterano reportero a la Voz de América desde un punto en San José donde se encuentra exiliado. “Todo fue sin rumbo y sin norte, todo por preservar tu integridad, tu vida y tu libertad”.

El temor de «Luis» era terminar como los dos colaboradores independientes de La Prensa que fueron detenidos el mismo día que sus casas fueron allanadas por la policía.

“Es traumático y doloroso para uno salir de esa manera”, agregó. Este trabajador es apenas uno de un masivo grupo del empleados del periódico La Prensa que salió del país tras denunciar que el “régimen de Daniel Ortega desató una feroz persecución contra sus colaboradores”.

Dentro de este grupo se encuentran reporteros, fotógrafos y el personal administrativo del diario. Todos fueron víctimas del acoso gubernamental y trabajaban “de bajo perfil” por razones de seguridad, subrayó a la VOA el editor en jefe del periódico Eduardo Enríquez, vía Skype.

La Prensa, con casi 100 años de existencia, es el diario más antiguo de Nicaragua y uno de los más críticos al régimen de Daniel Ortega. Eso le ha valido represalias desde que el mandatario retornó al poder en 2007.

Las estrategias para silenciarlo han sido varias, entre ellas la falta de acceso a la información pública y la negativa para que los reporteros accedieran a conferencias de prensa. Pero desde el año 2018, cuando surgieron las protestas contra Ortega, el mandatario sandinista tomó medidas más drásticas y fue cuestión de tiempo para que la justicia “fabricara acusaciones” contra La Prensa, afirmó Enríquez.

En 2021 el diario quedó únicamente con la edición digital debido a que el gobierno impidió acceder a la materia prima y en ese mismo año sus instalaciones fueron tomadas por la policía nicaragüense. También fue detenido su gerente general Juan Lorenzo Holmann, y condenado luego a nueve años de cárcel por el supuesto delito de lavado de dinero, bienes y activos.

Para esa fecha salieron del país otros editores del diario “porque era evidente que las acciones iban en contra de nosotros”, comenta Enríquez, pero los reporteros y fotógrafos continuaron trabajando, así como el personal de redacción y administrativo.

No obstante con “esta nueva oleada de represión en la cual han arrestado a dos miembros de nuestro equipo”, La Prensa decidió sacar a todo el personal de la redacción, indica el editor principal del periódico.

Un hecho que ni siquiera ocurrió en la guerra de la década de 1980

«Luis» dio cobertura a la guerra en de la década de 1980 y tiene imágenes frescas en su memoria sobre “las postales de dolor de la guerra de los años 80 que dejaron mucho dolor a los nicaragüenses porque dejó a miles de personas muertas”.

Ahora el fotógrafo considera que lo que se vive actualmente es una “reedición” de la represión de ese entonces, pese a que no hay un conflicto armado.

“Lastimosamente se están repitiendo esos episodios de dolor y represión, es lo que recetan los regímenes totalitaristas y dictatoriales. Estamos reeditado las mismas tragedias de los años 70s con los Somozas y los 80s con los sandinistas, hoy con una dictadura feroz que esta aniquilando a la población”.

El mundo debe entender alcances de régimen totalitario

Y en ese sentido coincide Enriquez, quien menciona que Nicaragua está siendo llevada por el “régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo hacia una situación totalitaria que no sólo se expresa en el exilio forzado de todo un medio de comunicación que es, digamos, el decano e históricamente ha sido el medio de comunicación más crítico con todos los gobiernos”.

Enríquez recuerda además que el medio tuvo que cerrar en el pasado por otros “regímenes, incluyendo la primera versión del sandinismo en los años ochenta, y el somocismo antes que ellos”, pero enfatiza que sus instalaciones nunca habían sido tomadas y “nunca se había visto esta situación de tener que sacar a toda la redacción del país para poder continuar trabajando”.

Por esta razón Enríquez llamó a los “países de América y el mundo” a poner los ojos en lo que ocurre en Nicaragua. “Tienen que darse cuenta de que este no es un gobierno, esto es un régimen autoritario, totalitario mejor dicho, en poder de un grupo de criminales”.

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