Nicaragua retrocedió 20 puestos en el índice de calidad de la democracia a de The Economist, según un informe divulgado este jueves 10 de febrero de 2022, ubicando al país centroamericano en el puesto 140 de 167 países y calificándolo como una nación con un sistema autoritario.

Nicaragua tiene una puntuación de 2.69, con un tipo de régimen autoritario, convirtiéndose en una de las cuatro naciones con esta característica, a la par de Haití, Cuba y Venezuela.

La puntuación de Nicaragua disminuyó a partir de 2008, con la llegada del dictador Daniel Ortega al poder tras el primer año de Gobierno de Daniel Ortega, luego de retomar el poder en enero de 2007. Ese año, Nicaragua tenía una puntuación 6.07 y al cierre de 2021 contó con una puntuación de 2.69.

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“Nicaragua celebró elecciones presidenciales falsas en noviembre. El presidente, Daniel Ortega, ganó las elecciones, pero encarceló a decenas de opositores políticos, despojó al principal partido de oposición de la personería jurídica y llenó la comisión electoral de leales. Esto consolidó aún más el estatus de Nicaragua como un régimen “autoritario”, categoría en la que ingresó en 2018”, señala el informe de The Economist.

El informe destaca que Haití también empeoró en su calificación junto con Nicaragua, debido al asesinato del presidente Jovenel Moise.

“El vacío político ha sido llenado hasta cierto punto por actores no estatales, lo que ha llevado a una mayor erosión del control territorial del estado. Una elección presidencial ha sido pospuesta cuatro veces y aún no se ha fijado una fecha”, señala.

Populismo erosiona institucionalidad y democracia

The Economist señala que los sistemas populistas han continuado erosionando la institucionalidad de los países en los que se encuentran. Entre estos, menciona el caso del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; y el presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

“Los populistas iliberales en la región continuaron erosionando las instituciones de la democracia en 2021. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, exigió la renuncia de dos miembros de la Corte Suprema luego de una investigación sobre las denuncias de que los grupos pro-Bolsonaro estaban difundiendo «noticias falsas». También ha cuestionado la integridad del sistema de votación electrónica de Brasil, a pesar de que no hay evidencia de fraude electoral”, señala el informe.

“Bolsonaro incluso llegó a decir que ignoraría los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas de 2022, comentarios de los que luego se retractó”, detalló.

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De López Obrador destaca que se pronunció en contra de las autoridades electorales tachándolas de sesgadas contra su gobierno.

“López Obrador también intensificó sus ataques a los medios y se volvió cada vez más intolerante con los críticos, incluso entre sus aliados. Los altos niveles de violencia de los cárteles tuvieron un impacto en las elecciones intermedias de junio y plantean riesgos crecientes para la democracia mexicana”, señala. The Economist ubicó a  México como un «régimen híbrido» en lugar de una «democracia defectuosa», y las tendencias discutidas anteriormente sugieren que es probable que se produzca una mayor erosión de la democracia de México a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024.

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