El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio José Báez, dijo el domingo que al igual Herodes quería acabar con la vida del niño Jesús, los tiranos de hoy atentan contra inocentes para permanecer en el poder.

Báez en su homilía desde la Iglesia Santa Agatha en Miami, hizo una analogía con la situación actual de los tiranos latinoamericanos y el Rey Herodes, a propósito del evangelio de la Epifanía.

«El que más miedo tiene es el rey, el más poderoso. Los tiranos aparentan ser valientes y se presentan altaneros y agresivos, pero son muy miedosos. Se sienten continuamente amenazados», dijo.

También destacó que para los tiranos, hasta a las personas de su mismo círculo les tienen temor.
 
«Para ellos, los demás, incluso los de su círculo más íntimo, son siempre rivales o enemigos contra quienes luchar y a quienes engañar o eliminar. Herodes y su corte representan ese oscuro mundo de los poderosos donde todo se vale, con tal de asegurarse el propio poder: el cálculo, el cinismo y la mentira», expresó.

 Añadió que en los regímenes de tiranos vale también la crueldad, el terror, el desprecio del ser humano y la destrucción de los inocentes. 

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«Los tiranos de ayer y de hoy se disfrazan de defensores de la paz y del orden, pero son crueles y desalmados y, como Herodes, terminan siempre provocando mucho dolor y derramando sangre inocente», explicó.

Las máscaras religiosas de los tiranos

Además se refirió a la máscara religiosa que utilizan las dictaduras para generar confianza.

«Herodes no está interesado en la Escritura, solo busca servirse de la religión para realizar sus malévolos propósitos. Con tal de someter y oprimir, muchos tiranos de ayer y de hoy no han dudado de presentarse como piadosos creyentes y han intentado recubrir con lenguaje religioso sus proyectos inhumanos», dijo Báez.

Buscar a Dios desde cada conciencia

El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, llamó a buscar a Dios desde cada conciencia y la reflexión.

«Lo primero que nos enseñan los magos es que para buscar a Dios hay que aprender a escuchar nuestra conciencia, lo que nos dice el corazón, lo que sentimos dentro en forma de inquietud, de sueño o, incluso, de reproche», dijo Báez.

Añadió que hay que estar atentos también a lo que ocurre a nuestro alrededor, a los pequeños detalles de la vida y a los grandes acontecimientos, e interrogarnos sobre lo que Dios nos pide hacer en cada situación. 

«En la búsqueda de Dios son necesarios también el pensamiento y la razón. Reflexionar y pensar con seriedad son también un camino hacia Dios. Dios ha puesto en nuestro corazón la inquietud de buscarlo y nos ha dado la capacidad de razonar para podernos orientar», expresó el jerarca católico.

Báez destacó que la vida no es un inmenso museo para ser observado, ni la historia es un libro viejo que solo hay que reeditar una y otra vez. 

«Buscar a Dios es vivir en constante peregrinación interior, insatisfechos de lo conseguido e iluminados por la esperanza de que todo puede ser siempre mejor», añadió.

No obstante, señaló que los magos dejan un último mensaje: que estamos llamados a adorar a Dios.

«Adorar es admirar la grandeza insondable de Dios y gustar su presencia cercana y amorosa que envuelve todo nuestro ser», dijo.

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