Monseñor Silvio José Báez, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, afirmó el domingo que solo cuando el amor social es el que guía la política, es cuando los pueblos se libran de sistemas opresores y prevalece la búsqueda del bien común.
Báez en su homilía de domingo desde la iglesia de Santa Agatha en Miami, se refirió al evangelio en cual uno de los escribas le pregunta a Jesús cual de los mandamientos es el más importante y el maestro le responde que amar a Dios sobre todas las cosas, pero hace una equivalencia con el segundo que es amar al prójimo como a uno mismo.
«Esto es lo más original de la respuesta de Jesús: él coloca el mandamiento del amor al prójimo al mismo nivel del amor a Dios. Se trata de dos mandamientos inseparables, de un único amor con dos rostros: Dios y el prójimo. El amor a Dios sigue siendo el primero y mayor, pero Jesús deja claro que no se puede amar a Dios sin pensar en los demás, ayudándolos en sus necesidades y perdonándolos siempre que sea necesario. No es posible adorar a Dios en el fondo del alma sin buscar lo que es bueno para los demás. No es posible amar a Dios y vivir olvidados de quienes sufren», dijo.
En ese sentido añadió que solo el amor hará avanzar al ser humano hacia una nueva civilización más pacífica y justa. «Solo “el amor social” nos permitirá afrontar los problemas de nuestras sociedades y renovar profundamente sus estructuras, sus organizaciones sociales y su ordenamiento jurídico», dijo Báez citando Fratelli Tutti, 183.
«Amar a Dios y al prójimo es también “preocuparse por la fragilidad de los pueblos” (Fratelli Tutti, 188), asumiendo los retos políticos con compasión y ternura por la gente, buscando el bien de todos, sobre todo de los más pobres y olvidados, sin egoísmos ni mentiras», añadió.
Asimismo monseñor Silvio Báez, dijo que en sociedades divididas y enfrentadas como las nuestras, el amor social se expresa también como capacidad de escucha y de acercamiento respetuoso entre todos. Obispo Auxiliar Báez: “Superar ceguera ideológica para salir de miserables tiranos opresores”
«El amor es tolerancia y valoración de lo bueno y verdadero que hay en las propuestas y proyectos de las demás personas y grupos, “buscando la confluencia al menos en algunos temas” (Fratelli Tutti, 190). Cuando es el amor a Dios y al prójimo el que orienta la vida social y política, sentimos como propio el dolor de la gente (cf. Evangelii Gaudium, 205) y colaboramos a que todos tengan una vida más digna. Solo cuando es el amor el que orienta la política, desaparecen los regímenes y las estructuras crueles que hacen llorar al pueblo, lo someten y lo crucifican de mil modos día a día».