El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, exhortó el domingo a lucha contra las «dictaduras totalitarias» que quieren pueblos «sordos y mudos», para imponer sus voluntades con la violencia y la violación a los derechos humanos; y que los ciudadanos no se enteren de las tropelías que cometen desde el poder.
Báez, en su homilía desde la iglesia Santa Agatha, hizo fuertes señalamientos contra los gobiernos autoritarios que manejan de forma irresponsable la crisis sanitaria del Covid-19, censuran a medios de comunicación, reprimen a los que los critican, recetándoles cárcel aislamiento y crueles torturas.
«Hoy padecemos también en muchos de nuestros países una grave crisis de sordera y mudez a nivel social. Los gobiernos dictatoriales quieren pueblos ´sordos y mudos´. Quieren pueblos ´sordos´ que no estén informados de lo que ocurre, para poder así ocultar sus crímenes y actos de corrupción y manipular y someter más fácilmente a la gente», dijo el obispo Auxiliar.
«Por eso añadió Báez- las dictaduras ejercen férreas censuras de prensa, confiscan medios de comunicación y persiguen a periodistas y comunicadores. Sin embargo, Jesús no nos quiere sordos. Hay que rebelarse frente a esta cultura del silencio. Superar la sordera social es un camino de libertad».
Explicó que los gobiernos autoritarios también quieren pueblos “mudos”, pues no toleran ninguna voz crítica o disidente. «Sin embargo, Jesús no nos quiere mudos. No permitamos que nos roben la voz. Con el miedo y la represión intentan acallar a la sociedad. Hay que superar continuamente el silencio de la indiferencia y denunciar todo lo que en la vida social, contradice el proyecto de Dios y atropella la dignidad de los seres humanos». Obispo Silvio Báez: “No acostumbrarse a vivir sometidos”
Evitar todo el tiempo sordera y mudez social
El obispo Auxiliar insistió que ante la intención de callar a los pueblos que tiene los gobiernos totalitarios, no se debe pensar en las conveniencias o consecuencias de decir la verdad, porque lo contrario significaría hacerse del lado del que aplasta derechos y dignidades.
«No hay que caer nunca en la mudez de quien, evitando denunciar la injusticia por miedo o por conservar sus privilegios, se vuelve cómplice de un sistema injusto. Superar la mudez social es un camino de libertad», insistió Báez.
«Atentar contra el ser humano es hacerlo contra la santidad de Dios»
En Nicaragua la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha asesinado y encarcelado a periodistas, a confiscado medios de comunicación, ha exiliado a más de 100 mil nicaragüense, entre ellos comunicadores, además que en los últimos meses ha desatado una represión, secuestrando a precandidatos, líderes de oposición, estudiantes, campesinos y empresarios, a quienes ha sometido a una desaparición forzosa por casi 90 días. Han sido más de 30 secuestrados en dos meses a los que acusan en base a delitos fabricados desde la Fiscalía de Ortega y Murillo, que se suman a los más de 120 nicaragüenses que han estado privados de libertad por ser opositores.
Báez también puntualizó sobre ellos. «Hablando de sordera y de mudez, recordemos a quienes, en algunos de nuestros países, han sido llevados arbitrariamente a la cárcel por motivos políticos. Es intolerable que estas personas sean sometidas a crueles torturas psicológicas y vivan en condiciones inhumanas, sin ver a sus familiares, aisladas del mundo y obligadas a un doloroso aislamiento», dijo.
«Esto no es un asunto simplemente político o de carácter judicial. Es una crisis humanitaria. Quienes creemos que Jesús le abrió los oídos y le soltó la lengua al hombre sordo mudo, no podemos tolerar que haya personas sometidas a estos maltratos y a tal aislamiento. Hacer sufrir a un ser humanos, es atentar contra la santidad de Dios».
Para Báez es urgente que la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias intervengan para superar esta injusta situación y exijan la inmediata liberación de estas personas.
Asimismo el obispo Auxiliar, se refirió a la experiencia de la pandemia del Covid 19 que nos ha enseñado que todos, sin excepción, somos débiles y vulnerables y que tenemos que cuidarnos y cuidar de los demás, para que en conjunto se haga una mejor labor preventiva y no depender de la irresponsabilidad de estados que más bien empujan a la gente a contagiarse.
«La salud de uno depende de la salud del otro. Aprendamos de Jesús a cuidar la salud y la vida. Seamos responsables para cuidarnos, evitar el contagio y no volvernos inconscientes propagadores del virus. Si el Estado como primer responsable de la salud pública no cuida la vida de las personas, tenemos que hacerlo nosotros. La situación sigue siendo muy grave», dijo.
A la vez hizo el llamado para evitar las aglomeraciones y observemos las normas de higiene ya conocidas: uso de la mascarilla, distanciamiento y lavado de manos.