Voz de América

El recuento de víctimas mortales tras los fuertes terremotos que sacudieron Japón el día de Año Nuevo subió de 48 a 55, mientras rescatistas se esforzaban este martes por continuar la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros y llegar a zonas aisladas donde se habían derrumbado edificios, destrozado carreteras y cortado el suministro eléctrico a decenas de miles de hogares.

Las réplicas continuaban sacudiendo la prefectura de Ishikawa y zonas cercanas un día después de que un temblor de magnitud 7,6 sacudiera la zona el lunes por la tarde.

En Suzu, una localidad de poco más de 5.000 habitantes cercana al epicentro del sismo, el 90 % de las casas podrían haber quedado destruidas, según su alcalde, Masuhiro Izumiya, quien afirmó que «la situación es catastrófica».

Medios japoneses indicaron que decenas de miles de viviendas fueron destruidas. Yoshimasa Hayashi, portavoz gubernamental, dijo que 17 personas resultaron heridas de gravedad.

Se han detectado unos 200 temblores desde el movimiento inicial, según la Agencia Meteorológica de Japón, que advirtió de que podrían producirse más sacudidas fuertes en los próximos días.

Un avión de la Guardia Costera que se dirigía a prestar ayuda a la región afectada por el terremoto colisionó con un avión comercial en el aeropuerto de Haneda, en Tokio, causando la muerte de cinco guardacostas. Los 379 pasajeros del vuelo de Japan Airlines escaparon.

Los servicios de agua, electricidad y telefonía celular seguían inoperantes en algunas áreas. Los residentes expresaron tristeza por sus viviendas destruidas y el futuro incierto.

“No es sólo que sea un desastre. El muro se ha venido abajo, y es posible ver al cuarto contiguo. No creo que podamos seguir viviendo aquí”, dijo Miki Kobayashi, residente de Ishikawa, mientras recorría su casa.

Su vivienda también resultó dañada en un terremoto de 2007, señaló.

El ejército japonés envió un millar de soldados a las zonas siniestradas para unirse a las tareas de rescate, dijo el primer ministro Fumio Kishida.

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“Salvar vidas es nuestra prioridad y estamos librando una batalla contra el tiempo”, declaró . “Es crucial que las personas atrapadas en las casas sean rescatadas inmediatamente”.

Mientras hablaba, se produjo otro sismo de magnitud preliminar 5,6 en el área de Ishikawa.

Los bomberos lograron controlar un incendio en la ciudad de Wajima, el cual había enrojecido el cielo con brasas y humo.

Las autoridades reguladoras de la industria nuclear afirmaron que varias plantas nucleoeléctricas de la región funcionaban con normalidad. Un fuerte sismo y un tsunami subsecuente en marzo de 2011 provocaron la fusión de tres reactores en una planta nuclear en el noreste de Japón.

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Los videos de noticiarios mostraban hileras de casas derrumbadas. Algunas estructuras de madera se desplomaron y había coches volcados. Barcos medio hundidos flotaban en bahías donde olas de tsunami habían entrado.

El lunes, la agencia meteorológica de Japón emitió una advertencia de tsunami de gran magnitud para Ishikawa y otras advertencias de maremotos de menor tamaño para el resto de la costa occidental de la isla de Honshu, la principal de Japón, al igual que para la isla de Hokkaido en el norte.

Varias horas después la advertencia fue degradada de magnitud, y el martes por la mañana fueron canceladas todas. Algunos lugares recibieron olas mayores a un metro.

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