El testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, se convirtió en colaborador de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en 2018 y brindó información a los agentes sobre sobornos pagados a funcionarios del régimen chavista, según registros judiciales revelados este miércoles 16 de febrero.
Saab, de 50 años, fue desactivado como fuente tras incumplir el plazo del 30 de mayo de 2019 de un acuerdo como Estados Unidos, en el que perdió casi 10 millones de dólares de su fortuna.
Posteriormente Estados unidos lo acusí en un tribunal federal de Miami, por desviar millones de contratos estatales para construir viviendas asequibles para la dictadura venezolana.
Pieza clave para corrupción en Venezuela
Estados Unidos describe a Saab como el agente para la corrupción en Venezuela, cosechando enormes ganancias por importar alimentos mientras millones de personas en la nación sudamericana pasaban hambre.
Saab, de 50 años, extraditado a EEUU en octubre pasado desde Cabo Verde, donde fue detenido a raíz de una orden de captura internacional pedida por la Justicia estadounidense.
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El empresario enfrenta en una corte de Miami, un cargo de conspiración para cometer lavado de dinero, del que se declaró “no culpable” el pasado 15 de noviembre ante la jueza Alicia M. Otazo-Reyes.
Saab enfrentará condena de 20 años
Saab enfrentará una condena de unos 20 años si es hallado culpable del único cargo que tiene en la corte de Miami, pena que puede ser reducida si hace un trato con la Fiscalía, que suele incluir delación de otras personas en sus procesos.
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Este miércoles 16 de febrero, un juez federal de Estados Unidos programó para el 11 de octubre el juicio del colombo-venezolano. En una audiencia en parte cerrada a la prensa y al público, la Fiscalía y la defensa de Saab discutieron principalmente el tema de la supuesta inmunidad diplomática del acusado que se ventila en una corte de apelaciones en Atlanta, Georgia, para poder programar el juicio.
Saab estuvo en la audiencia celebrada de forma presencial, con un traje de preso color beige, encadenado y con audífonos para escuchar la traducción.