Sandra Ramos

Una vez más Sandra Ramos, directora del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, demostró la fortaleza de la que está hecha. Ante la noticia de que las oficinas de la organización estaban rodeadas por guardias sandinistas que impedían el paso al personal para iniciar sus labores, se presentó y confrontó a los represores.

“Aquí vengo a dar la cara, aquí no hay miedo», dijo Sandra Ramos al encarar a los guardias que rodearon y bloquearon por unas horas el ingreso al Movimiento María Elena Cuadra, una organización que apoya a las mujeres en Nicaragua.

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“Dicen que me andan buscando, pues aquí estamos, el María Elena Cuadra estaba preparado para esta situación, aquí no hay que temblar, aquí venimos basados en nuestros derechos constitucionales…si andan persiguiendo el delito, aquí estamos los que hemos delinquido», increpó Sandra Ramos a los oficiales, que se inmutaron de verla valiente, acompañada de las 30 mujeres que laboran en la ONG.

“¿Quién es el jefe? Soy Sandra Ramos. ¿Por qué no dejan entrar al personal?”, cuestionó la veterana representante del sector laboral femenino.

Ramos, miembro de la Alianza Cívica, y caracterizada por declaraciones explosivas afirmó: “Quiero saber qué está pasando ¿aquí estamos las delincuentes?”.

“Si me quieren llevar, aunque esté escondida en un hueco de ahí me van a sacar, que me lleven, yo no les tengo ningún miedo, los conozco, estuve adentro y sé lo que son, no les tengo miedo», dijo Ramos acompañada de varias trabajadoras del Movimiento y de los medios de comunicación independientes.

La dirigente dijo que el Movimiento María Elena Cuadra tiene 25 años de trabajar en el país y recordó que cuando se separaron de la Central Sandinista de Trabajadores, por no estar de acuerdo con las “porquerías que hacían” nacieron como organización sin recursos.

“Ahí nacimos debajo de un palo de mango y durante todos estos años nos hemos dedicado a defender a las mujeres desempleadas, a trabajadoras de la zona franca” y desde el 2018 respaldan con alimentos y asesoría legal a los familiares de presas y presos políticos.

Doña Sandra apoya a 16 mil obreras desempleadas de la zona franca con insumos básicos y alimentos, a mujeres víctimas de violencia de género. Ramos dijo que el acto de intimidación de este viernes «no les funcionó» y condenó el abuso de estar intimidando a la población.

Las instituciones no son los edificios y muebles

“Quiero dejar claro algo, el María Elena Cuadra no son esas paredes, no son las sillas, no son los escritorios, el María Elena Cuadra es un espíritu de lucha, es un espíritu de defensa de los derechos humanos de las mujeres nicaragüenses y si nos toca estar bajo un palo de mango de nuevo, por que así empezamos, lo haremos… El María Elena Cuadra somos cada una de nosotras”, enfatizó.

Ramos se mantuvo en las afueras del inmueble pidiendo que se explicara la lógica de la presencia policial y además, exigiendo conocer qué pasaría con el encargado de seguridad del Movimiento que se encontraba dentro de las instalaciones.

De pronto sin decir palabra alguna los guardias sandinista decidieron retirarse y Ramos y el personal, pudieron ingresar a su centro de trabajo.

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