Voz de América. Las profundas divisiones partidistas en Estados Unidos se extienden al terreno de la confianza en los recuentos de votos para las elecciones de este año, debido a que una nueva encuesta revela que los republicanos son mucho más escépticos que los demócratas sobre la precisión del conteo.
Los votantes generalmente muestran más desconfianza hacia los resultados de las votaciones a nivel nacional en comparación con los recuentos realizados por sus propias oficinas electorales locales, según la encuesta de The Associated Press-NORC Centro de Investigación de Asuntos Públicos.
Aproximadamente la mitad de los votantes republicanos registrados tienen «mucha» o «bastante» confianza en que los votos serán contados con precisión por sus funcionarios electorales locales y alrededor de 4 de cada 10 dicen lo mismo sobre el recuento de votos en su estado, pero sólo alrededor de una cuarta parte tiene al menos «bastante» confianza en el recuento nacional.
Sin embargo, el nivel general de confianza de los votantes republicanos en los tres apartados es menor que el registrado entre los votantes demócratas.
Aproximadamente tres cuartas partes de los demócratas dicen que tienen al menos “bastante” confianza en que los votos se contarán con precisión en todo el país, en su estado o por sus funcionarios electorales locales.
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Qué dicen los votantes de EEUU
Las elecciones de este año marcan la primera carrera presidencial desde que el expresidente Trump comenzó una campaña de mentiras sobre «una elección robada en 2020», una narrativa que ha socavado la confianza pública en los resultados electorales entre una amplia franja de votantes conservadores, a pesar de que no hay evidencia de fraude generalizado.
Los expertos electorales han advertido que Trump puede estar sentando las bases para desafiar una vez más las elecciones si pierde.
David Farrington, conservador de 78 años de Fort Worth, Texas, dijo que desconfía de las papeletas de voto por correo y las urnas, ambos objetivos comunes de las denuncias de fraude electoral y conspiraciones que intentan sembrar desconfianza en los resultados.
“No es el recuento de votos lo que me preocupa”, dijo Farrington. “Tengo plena fe en todos los distritos electorales y en su capacidad para contar las papeletas que están allí. Pero las papeletas… no sabemos si son legítimas o no”.
Por el contrario, Ruth Edwards, una maestra de jardín de infantes de 28 años de Tampa, Florida, dijo que “nunca ha visto evidencia de que las elecciones estén amañadas”.
“Son solo personas que están molestas porque su candidato perdió las que ahora afirman que está amañada sin ninguna evidencia”, dijo Edwards, una demócrata. “Es ridículo”.
Según la encuesta, los votantes en general tienen más probabilidades de creer que los votos en las elecciones presidenciales de 2024 serán contados con precisión por sus funcionarios electorales locales o en su estado que a nivel nacional.
Casi 6 de cada 10 votantes tienen «mucha» o «bastante» confianza en que los votos en las elecciones presidenciales de 2024 serán contados con precisión por sus funcionarios electorales locales o en su estado, mientras que aproximadamente la mitad dice esto sobre los votos contados a nivel nacional.
Confianza en riesgo
Aproximadamente una cuarta parte en cada caso tiene «una cantidad moderada» de confianza.
Aproximadamente 3 de cada 10 dicen que tienen «solo un poco» o ninguna confianza en el recuento a nivel nacional, mientras que menos dicen lo mismo sobre el recuento en su estado o por los funcionarios locales.
Drew Inman, un republicano de 31 años que trabaja como agente de la ley en Nueva Jersey, dijo que es escéptico de que los votos se cuenten con precisión en todos los niveles, pero especialmente en los condados fuera del suyo.
«Definitivamente confío más en que mi voto se cuente a nivel local que en el recuento de votos a nivel nacional», dijo. “… Cuando se trata de un asunto a nivel nacional, hay mucha más gente involucrada y eso puede generar corrupción”.
Aunque las papeletas pueden incluir las candidaturas a cargos federales como el de presidente o el de Congreso, Estados Unidos no lleva a cabo elecciones nacionales como otros países. Todas las elecciones son llevadas a cabo por los estados y administradas por oficinas electorales locales en miles de municipios, ciudades y condados.
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Jóvenes creen en el sistema
Los funcionarios electorales han reconocido que muchos votantes escépticos tienden a señalar a otras jurisdicciones con falsas denuncias de fraude.
Algunos grupos han tratado de contrarrestar esta percepción enfatizando que las elecciones en todos los estados se llevan a cabo a nivel local.
“Lo que es difícil es que cuando tenemos elecciones nacionales, muchas veces la gente tal vez denuncie a los profesionales electorales de otro estado, y eso no es útil”, dijo Tammy Patrick, exfuncionaria electoral que ahora trabaja en la Asociación Nacional de Funcionarios Electorales.
Los votantes mayores tienen más fe en el recuento de votos en todos los niveles que los votantes más jóvenes, incluido el recuento realizado por los funcionarios electorales locales.
Aproximadamente la mitad de los votantes de entre 18 y 29 años tienen al menos “bastante” de confianza en que los votos se contarán con precisión en su estado o por sus funcionarios electorales locales, en comparación con alrededor del 7 en 10 votantes de 60 años o más.
Republicanos los más desconfiados
Sin embargo, la brecha es menor en el recuento de votos a nivel nacional: alrededor de 4 de cada 10 votantes de entre 18 y 29 años tienen al menos «bastante» confianza, en comparación con aproximadamente la mitad de los votantes de 60 años o más.
Bill Sanchez, un abogado penalista de 29 años del condado de Monroe, Pensilvania, dijo que los votantes mayores han estado observando y participando en el proceso electoral durante más tiempo, lo que les da más tiempo para generar confianza.
“Los votantes más jóvenes tienen menos experiencia votando y han pasado gran parte de sus vidas rodeados de este tipo de desinformación que estamos viendo cada vez más”, dijo Sanchez. “… Simplemente establece las bases para que los votantes más jóvenes sean más desconfiados”.
Aproximadamente 6 de cada 10 republicanos dicen que el hecho de que las personas que no son elegibles voten es un problema importante en las elecciones estadounidenses, en comparación con 2 de cada 10 demócratas.
El voto por correo
Los demócratas y republicanos difieren más marcadamente sobre si las papeletas de voto por correo que se devuelven a través del Servicio Postal de EEUU o un buzón se contarán con precisión.
Aproximadamente 6 de cada 10 demócratas están «extremadamente» o «muy seguros» de que las papeletas de voto por correo que se devuelven por estos métodos se contarán con precisión, en comparación con aproximadamente 1 de cada 10 republicanos.
Mientras tanto, los demócratas están mucho más preocupados por la supresión de votantes que los republicanos.
Aproximadamente la mitad de los demócratas dicen que la supresión de votantes es un problema importante, en comparación con aproximadamente un tercio de los republicanos.
Y cerca de 4 de cada 10 votantes están preocupados por que otros países manipulen los sistemas de votación o los resultados electorales de EEUU, lo que representa un ligero descenso desde la última vez que se hizo la pregunta en febrero de 2020.
Esto es algo que preocupa al menos un poco más a los votantes independientes que a los demócratas o republicanos.
Desinformación y noticias falsas
Sánchez, el abogado de Pensilvania, dijo que le preocupa más la supresión de votantes que el fraude generalizado o el recuento incorrecto de las papeletas y pidió la expansión de la votación anticipada y las papeletas por correo para «hacer que la votación sea lo más accesible posible».
También le preocupa la posibilidad de que las falsas denuncias de fraude electoral puedan incitar a la violencia y el malestar, y dijo que espera que los intentos de los funcionarios electorales de informar a los votantes antes de las elecciones ayuden.
«Hay mucha información errónea y desinformación sobre la seguridad electoral por parte de actores de mala fe que intentan generar desconfianza y aprovechar el hecho de que la gente no siempre entiende todo sobre el proceso», dijo Sánchez. «Y cuando no entendemos las cosas, terminamos temiéndolas».