La guardia sandinista al servicio de la dictadura confirmó la destitución y baja deshonrosa del jefe de escolta del tirano de Daniel Ortega, comisionado general Marcos Alberto Acuña Avilés, quien por más de 25 años formó parte de su cuerpo de seguridad.
Señalado en el comunicado de la guardia de desobedecer «flagrantemente órdenes superiores» y con poner «en riesgo la seguridad ciudadana», Acuña además de destituido, será juzgado por la justicia del dictador al que tanto le sirvió.
«En consecuencia y de conformidad a lo establecido en la Ley 872 (Ley de la Policía Nacional) y sus reformas se le impuso baja deshonrosa y será juzgado por el delito de incumplimiento de deberes, desobediencia e insubordinación», indicó el comunicado de la guardia represora.
El documento concluye que esa guardia»es un cuerpo armado, que se rige bajo la más estricta disciplina de sus miembros, sometidos al cumplimiento de su ley, fundada en la jerarquía única y en la disciplina de sus mandos y personal”.
La información se conoce oficialmente horas después de que el medio Confidencial informara que la medida fue ordenada por la vocera de la dictadura sandinista y consorte de Ortega, Rosario Murillo, el 24 de julio de 2024.
Acuña era parte del cuerpo de seguridad de Ortega desde los años 90, y desde el 10 enero de 2007 se convirtió en el jefe de la escoltas del tirano ya en el poder. En 2014, fue ascendido al grado de comisionado general a través de un Acuerdo Presidencial que también ascendió en grado a Justo Pastor Urbina, Juan Ramón Gámez Morales, José Esteban Guido Espinoza, y Julio Cesar Paladino Roiz.
Según fuentes vinculadas a la Policía Nacional que revelaron al medio citado, que en los últimos meses eran visibles las “relaciones de tensión” entre Murillo y el comisionado general Acuña.
Además, se supo que la misma noche que se produjo su destitución Acuña fue internado en el Hospital Carlos Roberto Huembes, que atiende a la Policía Nacional, “para que lo estabilizaran, porque se le había subido la presión”. Según confidencial, desde entonces permanece incomunicado en el hospital, custodiado por oficiales de la Policía Nacional. Tiroteo en Estelí: ¿Implosión en la dictadura o hastío social en Nicaragua?