La reciente imposición del Ministerio de Salud (Minsa) a los médicos generales que deseen estudiar una especialidad de obligarlos a trabajar diez años en el Estado o pagar un reembolso de 61,706 dólares, refleja la necesidad del régimen de evitar que los especialistas abandonen el sistema de salud una vez concluido sus estudios, según la doctora Anely Pérez.
La nueva imposición fue integrada a un contrato que firmaron 213 médicos generales que clasificaron para la residencia de especialidad médica quirúrgica promovida por el Minsa y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan)
“Esto es porque hay necesidades y porque se están yendo los especialistas. Quiere decir que hay muchas cosas, desde el salario. Hay mucho sacrificio y uno lo que espera es tener reconocimiento social y económico”, aseguró Pérez.
“Puede ser que hay especialistas que se están yendo al sistema privado, también se pueden estar yendo por sentirse maltratados, sobre todo desde la pandemia. Muchos van a replantearse qué tanto se van a comprometer para estudiar”, añadió.
Un problema de décadas
Aunque las cifras del Banco Central al servicio de la dictadura reflejan un incremento de personal de la salud en los últimos cinco años, el sistema sanitario mes a mes, en 2023, al estado nicaraguense le costó mantener la estabilidad del número de personal de la salud. En enero de 2024 se registraron 24 trabajadores de la salud menos que en el mismo mes de 2023.
“Desde que trabajé en el sistema de salud, ellos tenían necesidades específicas de médicos especialistas. Desde antes de este gobierno, ya existía la tendencia de exigirle al especialista que se fuera a los lugares donde había más necesidades”, refirió la doctora Anely Pérez en entrevista a Café con Voz.
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Pérez, quien tuvo que abandonar el país producto de la persecusión política, aseguró que en el momento en que trabajó en el sistema de salud pública de Nicaragua, no existía un contrato que estableciera diez años como ahora.
“Pero cuando me tocó dar clases, ya existía la tendencia de darle cupos en la especialidad a los médicos que ya estuvieran trabajando en el sistema de salud para tener la seguridad de que regresaran a trabajarle al Ministerio de Salud”, dijo Pérez.
¿Vale la pena pagar 61 mil dólares?
Pérez refirió que no considera que valga la pena pagar los 61 mil dólares que establece el Ministerio de Salud a quienes abandonen el sistema sanitario público antes de cumplir los diez años a partir de haber concluido sus estudios.
“El costo de mi especialidad en Cuba rondaba los siete mil dólares al año. Es decir, que en los tres años de especialidad, me costó 21 mil dólares. Uno decide pagar porque quiere tener una formación muy competitiva, aunque estemos claros que no todo te lo enseña la universidad”, refirió.
¿Esclavitud moderna?
Pérez expresó que de convertir el sistema de salud de Nicaragua en una copia del modelo cubano que esclaviza a su personal sanitario sería repetir el fracaso de la isla.
“Espero que no sea así porque sería repetir un modelo fracasado como el cubano. Si es eso, lo que quieren hacer del sistema de salud, será un fracaso. Cuando llegó la pandemia, Cuba quedó destruida porque no tenían nada para enfrentar la pandemia”, señaló.
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“Si cortás las libertades a un médico van quitando las capacidades de resolución. Al quitarles su libertad, los vas convirtiendo en robots. No basta con solo tener hospitales nuevos, se necesita tener seres humanos capacitados, médicos completos y libres para ejercer su profesión”, añadió.