La alta comisionada adjunta para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Nada Al-Nashif, presentó el lunes una actualización del informe sobre la situación de Nicaragua y reiteró que lo ocurre en el país es inadmisble.
Al Nashif hizo público también su desaliento por la falta de acciones para dar cese a las violaciones, así como por el distanciamiento del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, de los Derechos Humanos, el Estado de Derecho y los principios democráticos fundamentales.
“Cada día, el país se desvía más de los derechos humanos, aumenta el sufrimiento de la población, desencadena el éxodo de los jóvenes y menoscaba el futuro de las instituciones públicas democráticas”, dijo Al Nashif.
«Líderes políticos e indígenas, miembros de la Iglesia Católica, defensores de derechos humanos, periodistas y otras personas han sido atacadas sistemáticamente por el Gobierno tras expresar ideas críticas, y muchos de ellos están en el exilio, sin posibilidades de regresar», destacó Al-Nashif.
Asimismo añadió que, 17 mujeres y 54 hombres en Nicaragua, incluidos opositores políticos y defensores de derechos humanos, siguen sufriendo detención arbitraria, con denuncias de torturas y amenazas a los presos y sus familiares.
Dictadura no colabora
“El gobierno se niega a colaborar con nuestra oficina y con el Sistema de Derechos Humanos de Naciones Unidas”, dijo la comisionada.
Relató que, en particular en octubre, cuando el Comité para la eliminación y la designación para la Mujer examinó los informes combinados del séptimo al décimo, la representante de Nicaragua compareció brevemente ante el Comité “utilizando un lenguaje muy inapropiado sobre el presunto intento de este organismo de desacreditar al gobierno”.
Recordó al régimen «que se ha comprometido reiteradamente ante la comunidad internacional de respetar los principios y fines de las Naciones Unidas», los cuales incluye la promoción y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos. CPDH llama a la comunidad internacional a no perder de vista a Nicaragua
De esa forma, los instó aceptar su apertura a un diálogo y asistencia técnica para superar la crisis de los derechos humanos en las que se ha sumido Nicaragua desde 2018.
“Exhorto a Nicaragua a echarse atrás y a introducir un verdadero cambio fundamental en interés de la población que se basa en los derechos humanos”, agregó.
El mismo cuento con la misma mona
No obstante, por medio de su participación mediante video, la que hace el papel de procuradora Wendy Morales Urbina, en representación del régimen de Ortega-Murillo, expresó un rotundo rechazo a esta evaluación internacional de las Naciones Unidas.
“Manifestamos nuestra total inadmisión rechazo y absoluto desconocimiento a resoluciones basadas en campañas mediáticas de desinformación y odio que intentan sanciones y bloqueos en detrimento a principios fundamentales de los Derechos Humanos”, declaró la funcionaria sancionada por autorizar confiscaciones a opositores.
Medardo Mairena, uno de los que fueron desterrados a causa de su activismo, y quien formó parte de una delegación de la sociedad civil nicaragüense que participó en el diálogo de hoy en Ginebra.
«Esperamos que la comunidad internacional nos ayude a salir de esto, de un Gobierno que no respeta los derechos humanos dentro de Nicaragua. Sabemos las dificultades que enfrentan también mis hermanos de lucha que aún son presos políticos», destacó Mairena, uno de los fundadores del Movimiento Campesino.
«Deben adoptarse acciones contundentes para que cese la represión sistemática que vivimos dentro de Nicaragua para que podamos alcanzar una defensa de los derechos humanos y que los nicaragüenses podamos regresar a nuestra patria», indicó Mairena, actualmente exiliado en Estados Unidos