Ocho expresidentes de Costa Rica pidieron otorgar el Premio Nobel de la Paz a los obispos nicaragüenses Rolando Álvarez y Silvio Báez, quienes son perseguidos por el régimen de Daniel Ortega por alzar la voz en favor de los derechos humanos en ese país.
La petición consta en una carta enviada a Berit Reiss-Andersen, presidente del Comité Noruego del Nobel, encargado de entregar el reconocimiento. La firman los exmandatarios Oscar Arias, Abel Pacheco, Laura Chinchilla, Rafael Ángel Calderón, Miguel Ángel Rodríguez, José María Figueres, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado.
Báez es el obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, mientras que Álvarez es obispo de la Diócesis de Matagalpa y se mantiene bajo secuestro por la dictadura, que lo condenó a 26 años de prisión tras haberse negado al destierro el pasado 9 de febrero.
Destacan labor de ambos jerarcas
Sobre Báez, los ex mandatarios costarricenses hicieron mención de su defensa a los manifestantes a raíz del estallido social de abril de 2018.
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“Desde antes de las manifestaciones de 2018, Monseñor Silvio Báez levantó su voz en defensa de la vida, la libertad y los derechos humanos de los nicaragüenses. Sufrió agresiones y tuvo que salir de su país desde 2019 por órdenes del Vaticano ante amenazas contra su vida”, refirieron.
Sobre Monseñor Rolando Álvarez, destacó que se negó a abandonar el país cuando otros 222 secuestrados fueron obligados al destierro.
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“Recientemente ante negociaciones del Vaticano y el gobierno de Ortega, el Obispo de Matagalpa de nuevo se ha negado a abandonar su país, en una nueva muestra de su valor en soportar la cárcel para estar cerca de sus conciudadanos para dar ejemplo de dignidad y sacrificio, y alentar la lucha por la democracia y la libertad”, destacan.
“La dedicación en favor de la vida, la dignidad, la libertad y los derechos humanos de su pueblo que han llevado a cabo estos dos prelados es ejemplar”, añaden.
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