El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, llamó al pueblo nicaragüense a “descansar” del agotamiento que produce la tiranía y la sensación de incapacidad frente a las estructuras injustas y violentas, sin renunciar a hacer un esfuerzo conjunto para que las mismas se conviertan en espacios de cambio y liberación.

“El descanso que Jesús quiere dar a nuestro pueblo vendrá a través del esfuerzo que todos hagamos por organizarnos para transformar las estructuras opresoras en estructuras de libertad y cambiar las relaciones injustas en proyectos y acciones solidarias hacia los más pobres”, dijo Báez en su homilía dominical.

Los cambios por los que debemos luchar

El obispo carmelita en el exilio, dijo que se debe reconocer que la impotencia produce un profundo cansancio frente al poder de los tiranos y que agobia la sensación de incapacidad que se experimenta de no poder cambiar las estructuras injustas y violentas que oprimen y someten, pero nunca se puede perder la esperanza de cambiar esa dura realidad.

“El descanso que Jesús quiere dar a nuestro pueblo vendrá a través del compromiso de todos por cambiar el modo de ejercer el poder, transformando el despotismo en respeto a la libertad y dignidad de todas las personas; sustituyendo las ambiciones personales y grupales por la lucha en favor del bien común y dignificando el sufrimiento de las víctimas a través del compromiso por establecer procesos de justicia que eliminen para siempre la impunidad social”, indicó.

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“Somos un pueblo cansado y herido, al que Jesús quiere dar descanso, sin embargo, el descanso que Jesús quiere darnos no vendrá como caído del cielo. Vendrá a través del modo en que nos relacionemos entre nosotros. Démonos descanso a través de un trato respetuoso y amable, no nos hagamos la vida más difícil”, añadió Báez.

“Ayudémonos -invitó el obispo Auxiliar- a recuperar fuerzas con el respeto, la solidaridad, la escucha recíproca, ofreciéndonos mutuamente consuelo y dándonos unos a otros esperanza. No nos desgastemos ni nos distraigamos inútilmente. Démonos descanso unos a otros, sostengámonos y ayudémonos, que la tarea es inmensa”.

El cansancio del día a día

Pero el jerarca también mencionó que hoy se vive cansado por el ritmo frenético del trabajo, la cotidianidad y los problemas .

“Estamos agotados por los problemas de cada día, nos sentimos cansados de intentar una y otra vez superar nuestras debilidades y soportar las debilidades de los demás. Nos cansa vivir soportando la incertidumbre del futuro, sufrir las heridas del pasado y afrontar los problemas de cada día”, dijo Báez.

Pero también señaló que muchas veces “estamos cansados de nosotros mismos” y de la mediocridad.

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“A veces estamos cansados también de nosotros mismos, hartos de nuestra mediocridad, insatisfechos por dentro, tristes por sentir que no hacemos nada y angustiados ante las dificultades de la vida”, aseguró.

Señaló además que el tiempo libre puede ayudar, pero no puede dar descanso interior ni paz en el corazón.

“Ciertamente es útil cuidar lo importante, relativizar lo accidental, dedicar más tiempo a lo que nos da paz interior y sosiego. Al final, sin embargo, nos damos cuenta de que todo eso no es suficiente para superar el cansancio profundo que nos agobia”, añadió.

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