Voces en Libertad

Con mucha alegría, el pueblo católico nicaragüense volvió a ver con vida al Obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, aunque al mismo tiempo expresó su tristeza y amargura, pues su estimado pastor, continúa secuestrado por la dictadura orteguista.

“En realidad es una bendición ver a monseñor nuevamente riendo, hablando y dándole gracias a Dios y a la Virgen Santísima y que lo podamos ver tan frágil, físicamente, pero fuerte en su espíritu como siempre ha sido”, expresó un párroco matagalpino este domingo, consultado para este reporte.

“Esto es producto de la oración. Hemos pedido al Espíritu Santo que proteja a nuestro Obispo y lo regrese a su Diócesis, libre, fuerte y digno, ¡y así será, en el nombre del Señor!”, exclamó.

Algunos laicos matagalpinos agradecieron a Dios por escuchar sus peticiones. “El jueves, en la Capilla del Santísimo, recé mucho para que monseñor ya se libre de las cadenas que el demonio le ha obligado a llevar”, dijo doña Lucía, una persona de la tercera edad que pidió el anonimato.

“Yo lo miré bien fregado a monseñor Rolando, esa ropa es como de dos tallas menos para él, se ve delgadísimo. El pelo como medio peinado, de repente se le ven más canas”, observó don Ventura Ochoa, visitante de las parroquias de la zona sur de Matagalpa.

Dictadura monta “un set” y queda exhibida

Un profesional de la psicología que vio las imágenes y pidió hablar bajo anonimato, dice que la dictadura se exhibió a sí misma con sus mismos recursos. “Usan una cámara, es obvio que montan todo un escenario, las personas, el custodio y los reflectores fueron preconcebidos, se nota que fue algo apresurado, desesperado, extraño. Terminan viéndose siempre mal”, señaló.

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En tanto, agregó que las palabras del Obispo “fueron elocuentes, serenas, pero desafiantes, como si diera una entrevista después de una larga marcha, una misa y la homilía, todo completamente solo, sabio como siempre. Él mismo se encarga de exhibir el cinismo de sus carceleros”, argumenta el experto.

En la opinión de un experto de la comunicación, el Obispo mandó un fuerte mensaje a los dictadores Ortega y Murillo cuando respondió que estaba bien, con fuerza interior y paz.

“Monseñor puso en aprietos al interrogador que se esforzaba por ser educado cuando le respondió con otras preguntas:’¿Me ves bien? ¿Saludable? ¿Y la cara, cómo me la ven?’ El periodista orteguista no se atrevió a seguir el hilo y le preguntó de otra cosa”, analizó el comunicador.

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“Muy delgado”

Un médico, cuya identidad protegeremos, analizó por su parte el semblante del religioso. “Se nota que no ha recibido suficiente sol, la piel se le ve más clara, creo que hay algunas manchas en su rostro. Sorprende lo delgado, muy delgado y es notable los estragos del encierro”, dijo.

“Da la impresión que no le incomoda la luz, por lo que parece no estar en un lugar oscuro. Se le escuchó elocuente y conversó con sus hermanos Vilma y Manuel haciendo un esfuerzo por ignorar a los demás. Está más lúcido que nunca, su mente se ve muy bien, es notable su fuerza interior por su estado de ánimo”, dijo el médico.        

Las personas consultadas coincidieron en que el prelado está más que consciente de las circunstancias en que se encuentra y demostró con su lenguaje hablado y corporal que espiritualmente “está blindado”, aunque temen que este cautiverio ilegal ponga en peligro su salud física.

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