La comunidad internacional continuará presionando y ampliando sanciones contra el régimen -incluyendo operaciones rusas-, convencida de que la cerrazón al diálogo de los Ortega Murillo, los ubica como un “estado paria” que sirve de mal ejemplo al resto de países del Sistema Interamericano.
Es el escenario que plantea en un artículo de opinión el politólogo Manuel Orozco, quien avizora que el escenario esté año será de “continua represión en medio de un mayor debilitamiento del régimen, con posibles rupturas en medio de purgas, exilios y cambios en la estructura”.
A través de un artículo publicado en el sitio web de Confidencial, Orozco señaló que los nicaragüenses tienen la autoestima caída no solo porque el régimen los maltrata, sino porque su principal roca de apoyo, la Iglesia católica, ha sido silenciada.
“Mientras el liderazgo de la Iglesia católica protestó contra la dictadura de Somoza en los años setenta, y contra el Frente Sandinista en los ochenta, el silencio de la jerarquía católica en medio de la persecución religiosa tiene a los nicaragüenses indignados”, señala Orozco.
Por otro lado, destaca que los grandes empresarios y los gremios empresariales tampoco representan un aliado para las fuerzas de cambio.
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“Chantajeados, sin liderazgo, prefieren callar antes que promover una solución a la crisis, pero tampoco han pactado con Ortega”, señala.
Pleitos entre opositores
Este cierre de año, las organizaciones opositoras tuvieron nuevas diferencias, algo que destaca Orozco.
“El reto de las fuerzas democráticas radica en aprovechar las crecientes debilidades, las posibles rupturas y recuperar el espacio que los ha minimizado, en miras de devolver la confianza y la autoestima al pueblo para presionar por un cambio político”, señala.
Dificultades económicas
Orozco expone que después de la recuperación de 2022, el país entrará en una etapa de debilitamiento económico ante la realidad que la confianza en la economía sigue baja, la inversión privada no ha retornado ni a niveles de 2018, las exportaciones no cubren el creciente déficit comercial, el trabajo informal ahora es más del 80% de la fuerza laboral, aun en medio de alta migración.
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“Lo que sostiene al país es la extorsión fiscal a las empresas y las remesas familiares, pero son fuentes de ingreso limitadas ya que las empresas no podrán seguir pagando las multas millonarias, ni los migrantes podrán enviar mas de lo que han hecho hasta ahora”, añadió.
Orozco expresa que aunque la gente seguirá saliendo, lo hará en cantidades menores porque ya ha salido más del 10% de sus ciudadanos en cuatro años, y la gente que queda son quienes no pueden salir, tienen obligaciones familiares, son menores o adultos mayores, y quienes son leales al régimen.
“El país no crecerá más del 3% y no podrá subir niveles de ingreso que ahora oscilan en menos de USD150 mensuales ante un costo de vida de más de USD 600”, añadió.