La tensión en Masaya continúa. Este martes, la Policía Sandinista mantiene fuerte presencia en los alrededores de la Iglesia San Miguel Arcángel y San Jerónimo, para evitar a toda costa que la imagen del santo salga en procesión y que se cumpla con la orden de la dictadura nicaraguense de que no haya procesiones.
Una gran cantidad de antimotines rodearon los dos templos religiosos, según videos circulados en redes sociales.
Fuentes de la ciudad de Masaya informaron a Café con Voz, que los oficiales de la Guardia Sandinista están revisando los bolsos de los feligreses. “¿Pensarán que quienes vamos a la iglesia llevamos armas? Es el colmo”, compartió una feligresa a Café con Voz.
La Iglesia de San Jerónimo está completamente blindada. Hay tres buses, cinco microbuses, camionetas de policías y antimotines. Imposible superar ese circulo”, señaló la fuente a Café con Voz.
“Partiendo de la Iglesia, 100 metros a la redonda blindada. Norte, sur, este y oeste”, añadió.
Valle abucheado por la feligresía
Este lunes, el sancionado Comisionado de la Guardia sandinista, Juan Valle Valle, fue abucheado por los feligreses cuando ingresó a la Parroquia San Miguel Arcángel, de Masaya, mientras se celebraba una misa en honor al patrono de la ciudad.
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Valle ingresó con el objetivo de garantizar que la imagen de San Miguel Arcángel no saliera en procesión, a como lo había ordenado la Policía Sandinista. Al salir del templo los que participaban del acto religioso le gritaron todo tipo de improperios. Posteriormente, varias patrullas quedaron apostadas a las afueras del templo.
Días antes, la Arquidiócesis de Managua informó que la Policía Sandinista prohibió las procesiones “por motivos de seguridad”.
“La Policía Nacional de la ciudad de Masaya ha informado a las Cofradías y párrocos de las parroquias de San Miguel Arcángel y San Jerónimo que, por razones de seguridad pública, no estarán permitidas las procesiones en las festividades respectivas de esa ciudad”, comunicó la Arquidiócesis de Managua en una declaración.
La Arquidiócesis de Managua también invitó “a los devotos y promesantes de los santos patronos a tener presente que la fe y devoción son un tesoro que llevamos en el corazón y desde ahí podemos dar el homenaje debido con la fuerza de la herencia ancestral en nuestras comunidades”.
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Estas acciones son parte de una escalada represiva contra la Iglesia Católica de Nicaragua.
Un grupo de al menos 50 sacerdotes nicaragüenses solicitó a Honduras y Costa Rica refugio ante los constantes actos de represión y hostigamiento contra su labor, informó el medio El Heraldo, de Honduras.
Según José Canales, obispo de la Diócesis de Danlí, El Paraíso, esta comunidad de sacerdotes ha denunciado un rechazo rotundo de parte del actual régimen de Nicaragua, encabezado por el dictador Daniel Ortega.
La razón principal por la cual están siendo perseguidos se debe a no compartir los mismos ideales de Ortega, a tal punto de abrir un expediente contra los grupos religiosos que critiquen o se opongan de forma pública a la estructura establecida por el actual Gobierno.