Otoniel Martínez, el periodista mexicano de TV Azteca, afirma que nunca se sintió tan vulnerable al momento de hacer su trabajo, como en los 15 días que vivió en Nicaragua en julio de éste año. Advertido por lo que había leído que ocurría con los medios independientes del país y los extranjeros, bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario, decidió junto a dos colegas más, llegar al país y comprobar que lo que se informaba y se decía era la verdad.
Antes realizó un trabajo de documentación e investigación, habló con periodistas y ciudadanos, en Nicaragua y fuera de Nicaragua y la recomendación siempre fue la misma: «No vayas» o «no vengas», es muy peligroso.
«Pero yo había puesto en duda y dije tengo que ir», dijo en Café con Voz el autor del reportaje «Duele respirar» que ha mostrado la dura realidad que se vive en Nicaragua, una nación que «no vive, sino que sobrevive» en medio de un férreo sistema despótico que han impuesto Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de tres elementos mencionados por el reportero mexicano: La censura, el control absoluto de todo y el miedo.
«Nunca antes en mi carrera me sentí tan vulnerable y eso ocurrió porque al momento de estar en Nicaragua te das cuenta que el miedo no solamente se respira, el miedo tiene olor, tiene sabor, el miedo se escucha en la voz del nicaragüense que te habla susurrado, temeroso de no saber quién lo puede estar escuchando y se puede meter en problemas», dijo Martínez originario de un país donde en 2022, han sido asesinado 16 periodistas.
Su testimonio del país y lo que le tocó relatar del «país fachada», retratan lo que pasa con los ciudadanos y los medios y periodistas, que no trabajan para el régimen.
54 medios cerrados desde que Ortega volvió al poder
Los cierres forzados de medios de comunicación, allanamientos, confiscaciones y arrestos de periodistas en Nicaragua mantienen en vilo a la prensa nacional y a la comunidad internacional, mientras el país es escenario de una guerra de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la libertad de prensa y la libertad de expresión.
La embestida inició en 2007, meses después que Ortega regresó al poder, y desde 2018 se ha recrudecido en una escalada de ataques para intentar silenciar a los medios independientes y a la sociedad civil, que denuncian sus constantes violaciones a los derechos humanos.
Ortega gobierna por cuarto período consecutivo y, en estos dieciséis años, y según Confidencial, ha cerrado 54 medios de comunicación, periódicos, radioemisoras, canales de televisión y medios digitales, algunos a través de la cancelación de sus licencias de operación, otros mediante asfixia económica y, los más recientes, por la toma manu militari de sus instalaciones y la confiscación de sus bienes.
También hay 11 trabajadores y directivos de medios indeoendientes encarcelados, 140 periodistas obligados al exilio, tres reporteros condenados por el presunto delito de calumnias (Kalúa Salazar, David Quintana y Elsa Espinoza), un canal de televisión nacional embargado y obligado –al igual que otros tres medios de alcance nacional– a retirar de su programación habitual toda clase de contenido político o de interés público.
La imposición de la censura ha escalado en 13 de los 17 departamentos y regiones autónomas de Nicaragua. En una primera etapa, entre 2007 y 2017, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) y militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el régimen asaltó y cerró radios comunitarias y canales locales como: NotiWaslala, NotiCuá, Radio Palabra de Mujer, Radio Voz de Mujer, Canal 29, en Chinandega; Canal 50, en León; Radio Emperador y Radio Bosawás.
Ni en la guerra de los 80’s
Uno de los 140 periodistas que se encuentra exiliado, es el fotoreportero del diario La Prensa, Oscar Navarrete, que junto al total de la redacción de ese medio, tuvo que huir en la primera quincena de junio del país, después de la embestida brutal que ordenaron Ortega y Murillo en esos días contra medios y periodistas independientes.
Navax, como le dicen desde sus tiempos del Servicio Militar, colaboró con importantes medios de comunicación y fue cofundador de otros tantos, como El Periódico Hoy, Barricada, el Diario la Tribuna y finalmente el Diario La Prensa, donde lleva ya más de 20 años.
En su juventud Navarrete formó parte de las filas del Ejército Sandinista, pero en lugar de disparar con el fusil, lo hacía con su cámara fotográfica. Ahí estuvo en dos ocasiones al borde de la muerte. Con tal bagaje habla de lo que le ha tocado vivir en esta etapa de su vida como fotoperiodista y afirma que se trata de lo «inimaginable».
«He vivido diferentes momentos de la historia de Nicaragua, la guerra de los 80’s, doña Violeta en los 90’s, (Arnoldo) Alemán (1996), caímos en el (año) 2000 y creí que con los gobiernos democráticos establecidos, habría paz y democracia, pero viene esto (Ortega vuelve al poder), se da un teremoto político y retrocedimos, y caigo en lo que viví de nino con la dictadura somocista», dijo Navarrete a Café con Voz.La Prensa responde a señalamientos de la dictadura y confiscación: «El pasado son ellos»
Recuerda que vio a más de un vecino involucrado en la lucha contra Somoza, tener que irse del país para evitar ser capturado, «pero aquello fue un asunto de guerrilla y armas, nosotros somos periodistas y es increíble que el periodismo tenga que irse para salvaguardar su vida y su libertad». Navarrete afirma que el panorama es complejo, porque la situación lejos de retroceder, se recrudece.
Régimen refuerza represión y busca discurso único
La mejor muestra es que el dictadort Daniel Ortega y su consorte Rosario Murillo, han optado esta semana por reforzar sus lazos con medios rusos. Esta semana Managua firmó un memorándum de cooperación con la agencia rusa de noticias y emisora de radio Sputnik.
Daniel Edmundo Ortega Murillo, hijo de la siniestra pareja dictatorial, firmó el documento en donde afirman que buscan “intercambiar contenido para acercar a los pueblos de los dos países y para el entendimiento mutuo”.
Las noticias de los medios rusos se replicarían en al menos una veintena de medios oficiales nicaragüenses, dentro de estos canales de televisión y radios, que son los que predominan en el país, tras el allanamiento de empresas de comunicación críticas de Ortega.
Vasili Pushkov, jefe de la dirección de cooperación internacional de Sputnik señaló que la firma del memorándum es importante porque se deshace de lo que llamó “basura informativa innecesaria”.
La sancionada, vocera de la dictadura Rosario Murillo, quien usurpa la vicepresidencia de Nicaragua, al saludar la firma del acuerdo suscrito por sus hijos, arremetió contra los medios independientes y periodistas del país que no la adulan, a quienes acusó de “cometer crímenes de lesa humanidad”.
“Como han querido tergiversar (la verdad) y siguen tergiversándola; y aquí nosotros, gracias infinitas a Dios en su luz, en su verdad y en su amor, vamos adelante porque la desventaja de los mentirosos, de los difamadores, de los que calumnian es que nadie les cree, porque le conocemos”, arremetió la vicedictadora.
SIP: Alianzas consolidan desprecio al periodismo profesional
La firma del convenio se da en momentos donde organizaciones de periodistas y la comunidad internacional han denunciado un retroceso de Nicaragua en la libertad de prensa.
Carlos Jornet , presidente de la Comisión de la Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dijo a la Voz de América que el acuerdo entre el conglomerado de medios del “régimen nicaragüense y la agencia Sputnik no sorprende” y aseguró que “Moscú avanza en sus vínculos con los autócratas de la región”.
“Son alianzas en las que ambas partes consolidan su desprecio por el periodismo profesional y su búsqueda de consolidar un relato alejado de la realidad”, enfatizó el experto.
De igual forma, Jornet manifestó que así como el discurso oficial de Nicaragua “niega la pobreza y la represión”, la agencia rusa “desinforma con una versión edulcorada de la invasión rusa a Ucrania. Y tanto Vladimir Putin como Daniel Ortega persiguen a periodistas y medios que se atreven a desafiar la censura”.
“Este acuerdo va a contramano de lo que el pueblo nicaragüense demanda: libertad para expresarse, libertad para informarse, sin discursos manipulados desde el poder, con debates plurales, con posibilidad de escuchar voces diversas”, sentenció Jornet.
Por su parte Christopher Mendoza, periodista de Onda Local y directivo de PCIN (Periodistas y Comunicadores independientes de Nicaragua) explicó que la firma de dicho convenio “es una desfachatez”, en donde lo que se busca es “poner en mudo a los medios de comunicación críticos y decir lo que se les antoje a través de los medios de comunicación que ellos tienen al servicio de la propaganda para el régimen”.
“Ese es el único sentido que le encuentro a estas firmas, convenios, acuerdos de entendimiento. Eso es lo que dicen ellos”, agrega.
Mendoza recordó que desde que Ortega llegó al poder en 2007 comenzó una escalada represiva contra los medios de comunicación, quien intentó imponer mordazas a las voces críticas, a silenciar a medios de comunicación radiales, a quitarle el papel a medios de comunicación impresos y luego a cerrar ahora los medios de comunicación, arrebatar y asaltar sus edificios.
Navarrete afirma que en medio de lo penumbroso que se ve el panorama, el periodismo independiente de Nicaragua, está dando una lección de gallardía. «El periodismo y los medios independientes están sobreviviendo, aquí estamos, cada quien en su espacio y medio, dentro y fuera de Nicaragua, porque donde exista un periodista de verdad, el periodismo independiente va a sobrevivir», dijo.