El designado como alcalde del municipio Diriamba, en el departamento de Carazo, Fernando Baltodano, fue encontrado muerto la tarde de este lunes dentro de su camioneta. «Se fue al monte y ahí se pegó un tiro», según las versiones que han hecho circular afectos a la dictadura, que tratan de vender con la especie que el hombre decidió quitarse la vida porque no aguantó la presión al que estaba sometido por supuestas investigaciones que lo comprometían con actos de corrupción.
Trabajadores de la municipaliad de Diriamba, indicaron que Baltodano ya había recibido orientaciones de entregar la alcaldía por parte de la directiva del Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (Inifom), y que mejor pusiera de su parte, para evitar llegar a los extremos de tenerlo que encarcelar, tal como ocurrió con el alcalde de Rivas, también señalado de corrupción.
Agregaron los trabajadores de la comuna que “lo que se sabe es que a el Frente Sandinista no lo quería en la alcaldía de Diriamba y lo comenzaron a investigar y asediar, es decir que ni los mismos militantes sandinistas están a salvo, pues el Frente Sandinista está provocando los suicidios y la muerte de la misma militancia”.
Negro historial
Datos brindados por el organismo Urnas Abiertas, indican que Baltodano fue designado por la dictadura como alcalde de Diriamba desde el año 2013. Quiso ser alcalde en 2004 antes que el Frente Sandinista volviera al poder, pero en su campaña circularon volantes acusándolo de uso indebido del dinero de los contribuyentes y los proyectos que manejaba como funcionario de la alcaldía, para montar una empresa personal.Urnas Abiertas denuncia que CSE de la dictadura, no convoca oficialmente a supuestas “elecciones municipales”
Luego fue diputado departamental por el FSLN en Carazo, en el período del 2012-2017, la Junta Directiva de la Asamblea Nacional le concedió permiso para ejercer la Alcaldía de Diriamba, aun siendo diputado y Daniel Ortega y Rosario Murillo, lo designaron como edil en el 2013, fecha desde la cual se mantenía en el cargo. En el año 2014, se conoció en medios de comunicación que Baltodano presentó su renuncia (se desconocen los motivos), pero no fue aceptada por su partido, por lo que debió seguir en el ejercicio de sus funciones.
En el 2018 fue denunciado en redes sociales en reiteradas veces por dirigir y pagar con fondos municipales a grupos de paramilitares matones, además de promover enfrentamientos entre militantes sandinistas y opositores que marchaban cívicamente.
Era señalado por los diriambinos de ser uno de los responsables de la “Operación Limpieza”, realizada en ese municipio en julio de 2018, en donde más de 20 personas perdieron la vida a manos de policías y paramilitares, cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron silenciar a sangre y fuego las protestas ciudadanas.
Junto al alcalde de Jinotepe, Mariano Madrigal, dirigió la masacre en Carazo. También coordinó el ataque de turbas orteguistas y paramilitares al cardenal Leopoldo Brenes; su obispo auxiliar, Silvio José Báez; y al nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Sommertag cuando llegaron a la Basílica Menor de San Sebastián para liberar a un grupo de jóvenes que se encontraban refugiados en el templo y rodeados por paramilitares.
¿Se suicidó o lo suicidaron?
En redes sociales circulan fotografías, donde se observa a Baltodano en el interior de un vehículo con el orificio de bala y el arma la sostiene en la mano.
Lo extraño es que en la fotografía se observa que la pistola la tiene colocada en sus dos manos, es decir que, difícilmente alguien que se suicida con la mano derecha, es práticamente imposible que se pueda disparar en la zona de la oreja izquierda y además es ilógico que después la pistola aparezca en las dos manos del fallecido.
«El orificio que se mira (en la foto) es el de salida del proyectil, debio estar inclinado a su izquierda por el impacto y no puede estar con la pistola sosteniendola con las dos manos, eso fue una ejecucion y luego acomodaron la escena del crimen pero mal hecha», dijo a 100% Noticias Roberto Samcam, mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, exiliado en Costa Rica.