Said Lobo Bonilla, hijo del expresidente de Honduras, Porfirio Lobo, fue asesinado a tiros junto a otros tres amigos la madrugada de este jueves en Tegucigalpa, al salir en dos automóviles de una discoteca, según medios de comunicación hondureños.
El expresidente Lobo confirmó a periodistas que su hijo Said Lobo Bonilla, de 19 años, es uno de los jóvenes asesinados.
Otro de los fallecidos es el chofer de Said Lobo Bonilla, quien no fue identificado por el exgobernante, quien llegó al sitio del crimen múltiple.
En el hecho también perdieron la vida Luis Zelaya, de 23 años, pariente del exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Romeo Vásquez, quien dijo en el sitio del crimen que los jóvenes «fueron bajados de los vehículos y los mataron», con disparos en la cabeza.
Las otras dos víctimas fueron identificadas como Salomón Velásquez y Norlan Enrique Rodríguez.
El hecho se registró hacia las 2 de la mañana en la salida del estacionamiento del edificio Torre Morazán, a orillas de un bulevar de la capital hondureña.
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Las dos camionetas en que se conducían los cuatro hombres, todos amigos, quedaron en la salida del aparcamiento del edificio.
El exdirector de Medicina Forense Denis Castro, por imágenes que ha recibido, se trata de un crimen que ha sido bien planificado.
La violencia criminal en Honduras deja un promedio de entre diez y trece muertos diarios, según fuentes policiales y organismos de derechos humanos.
En el primer bimestre de 2022, incrementó en 3,2 % el índice de violencia en Honduras según estadísticas de la Policía Nacional del país centroamericano.
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De acuerdo con un informe policial, febrero cerró con 234 muertes violentas para sumar 585 asesinatos en los primeros dos meses del 2022.
Esa cifra es superior en 18 homicidios a los 567 registrados entre enero y febrero de 2021, detalla el documento de la Policía hondureña.