El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua monseñor Silvio José Báez, en la misa de «Jesucristo Rey del Universo», se refirió a la imposición del poder por la fuerza y la debilidad de quienes lo hacen.
«Quienes se imponen por la fuerza, están ya derrotados, quienes se creen fuertes porque son agresivos y humillan a los demás, lo único que hacen es mostrar su debilidad. Los poderosos que arrebatan la libertad a los pueblos y los dominan porque tienen las armas ejercen un poder ilegítimo que tarde o temprano terminará», mencionó el obispo.
Báez expuso su homilía en momentos en que Nicaragua vive una dura situación con el recién reelecto dictador Daniel Ortega y las condiciones en que se desarrolló la farsa electoral, con la que la que el régimen, se recetó un cuarto período consecutivo.
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Asimismo Báez expresó que la imposición de fuerza de los gobernantes, nunca está por encima de la verdad porque así «no podrán comprenderla».
«Quien es insensible al dolor ajeno, no conocerá nunca la verdad. Quien ha hecho de la corrupción un estilo de vida y se ampara en ella está condenado a no conocer nunca la verdad», explicó.
En su homilía señaló que el refugio en Dios en estos tiempos de incertidumbre para muchas personas en Nicaragua puede ser la única esperanza para soportar las tormentas, así como la verdad que la fe proscribe en Jesús.
«Jesús puede dar siempre sentido a nuestra vida, tantas veces oscurecida por nuestros errores y herida por nuestros dolores. La única condición es que acojamos la verdad que él ha anunciado y no sigamos la lógica de los dominadores del mundo que se imponen por la fuerza, se sirven de las personas y son insensibles al dolor y a las lágrimas de los demás», señaló.
«Para los reinos del mundo lo esencial es ganar, en el reino de Jesús el más grande es el que sirve y cuida la vida de los demás. Jesús nunca quiso tener poder sobre nadie. Por eso, un día, cuando la gente quiso proclamarlo rey, después de haberse saciado con el pan que él les había dado, se escapó solo al monte para orar», añadió.