La madre, hermanos, esposa e hija del cronista deportivo Miguel Mendoza, sufren día a día la separación forzosa, después del 22 de junio de este año cuando fue secuestrado. Hasta esta fecha, Mendoza no ha podido ver ni a su abogado y la policía de Daniel Ortega, no le permite visitas ni ingreso de alimentos en las celdas.
A un mes del secuestro del cronista deportivo Miguel Mendoza, su familia sigue resintiendo su ausencia y reclaman su pronta liberación y la exhibición de su familiar para constatar si se encuentra bien y no ha sido maltratado en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) conocidas como el «nuevo Chipote».
Según Ramón Mendoza, hermano del secuestrado político, la oleada represiva del régimen de Daniel Ortega, que inició en contra de la oposición, precandidatos presidenciales y excombatientes sandinistas, alcanzó al cronista deportivo, quien a través de sus redes sociales con más de 70,000 seguidores, criticaba fuertemente a la dictadura, oposición y empresarios.
“A un mes de su secuestro, no hemos tenido la oportunidad de verlo, la policía dice que el está bien, que hay comida, que hay médico, pero la familia está preocupada, Miguel Mendoza no es un criminal, solo expresa lo que siente, no está preso, está secuestrado», dijo Ramón.
«Miguel toda la vida ha expresado lo que siente, aunque se enoje algún colega, algún miembro de la Iglesia, de algún poder económico del país, él ha denunciado, señalado, ha dicho formas para mejorar la situación y mejorar el país, lo acusan con la Ley 1055, pero él nunca ha pedido la intervención, en ninguno de sus twits y Facebook, nunca ha pedido eso… decir como el gobierno está conduciendo (mal) el país, eso es un derecho, Miguel Mendoza está secuestrado sin ningún motivo, le están aplicando una ley que no aplica para el”, expresó.
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Sufrimiento y dolor en la familia
Asimismo, Ramón dijo que lo más dramático en todo este mes de secuestro de Miguel Mendoza, ha sido cuando la hija pregunta por su papá y el no decirle nada a la madre del cronista, para que no se complique su estado de salud, que se vio afectada por un derrame cerebral, hace un tiempo atrás.
Para Ramón, la tranquilidad de la madre de Miguel se mantiene, porque siete días antes de su secuestro, se vieron y celebraron el cumpleaños de su progenitora
“Lo más difícil para su familia ha sido el no saber sobre su situación física, de salud, es un pre-diabético, tenemos a nuestra madre sin saber, no le hemos comunicado porque creemos que le haría daño, su hija llora todos los días llamándolo, nosotros somos una familia muy unida, mi mamá hace algunos daños le dio derrame cerebral, ella sabe lo que pasa, no desconoce a nadie, ella ahorita pregunta de Miguel, pero nosotros le decimos que anda de viaje, ella sabe que Miguel siempre la ha llamado, él compartió siete días antes de su secuestro con mi madre… mi mamá sabe del peligro que Miguel estaba pasando, pero como no se le ha dicho por su misma situación de salud, en cualquier momento va a preguntar por Miguel y veremos cómo le hacemos”, indicó.
De acuerdo a la acusación con la que criminalizan a Miguel Mendoza, es porque supuestamente ha promovido, aplaudido y pedido sanciones en contra de funcionarios del Estado, así como pedir la intervención de potencias extranjeras en los asuntos internos de Nicaragua; por medio de la Ley 1055, Ley de los Derechos del Pueblo a la Soberanía, Autodeterminación para La Paz… conocida como Ley de Traición a la Patria.
“Miguel Mendoza en su plataforma solo hablaba de deportes, nunca había pensado en algún cargo, así como criticó al Gobierno, también criticó a la oposición, ese es el costo”, dijo su hermano.
Lo que sufrió antes del secuestro
Durante la entrevista central de Café con Voz, Ramón recordó todos los atentados que hicieron paramilitares con la sancionada policía sandinista en contra de su hermano y dijo que lo que siempre han intentado hacer con él es callarlo para que no siga denunciando las violaciones a los derechos humanos.
“Primero lo declararon non grato en el Estadio Nacional, solo porque después de la manifestación del día de las madres, el vio a paramilitares disparar a los manifestantes, luego se le metieron a su casa y le robaron, después llegaron encapuchados civiles y le robaron la camioneta, celulares y cámaras, más de 30 mil dólares perdió, luego un motorizado le quebró el vidrio de su carro, ha sido asediado y amenazado… a 30 días de su cautiverio, a Miguel Mendoza ya lo andaban persiguiendo, pero el sabiéndolo, se fue de su casa para que su niña no lo viera, nosotros ya sabíamos, le recomendamos salir del país, pero nos dijo que no creía”, sostuvo.
De acuerdo con Ramón, el nuevo preso político tiene credibilidad porque nunca ha estado al lado de los que ostentan el poder, sea de izquierda o derecha.
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Miguel está secuestrado
Al finalizar su intervención, Mendoza dijo que su familia tiene la esperanza de ver libre a Miguel y le hizo el llamado al régimen a recapacitar y no torturar a los reos de conciencia y a sus familiares que sufren día a día.
“Estamos hablando de un secuestro y no sabemos que van a pedir para su liberación, esperamos que recapacite el gobierno y revierta la situación que está haciendo, son millones de personas que están pensando como Miguel Mendoza, tenemos confianza en Dios y sabemos que es el único que puede poner las cosas en su lugar, estas personas que está haciendo daño van a tener su recompensa divina, nosotros hemos las denuncias a organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, Miguel Mendoza no es un delincuente, es un cronista deportivo, nosotros exigimos su liberación incondicional”, concluyó Ramón Mendoza Urbina.
Miguel Mendoza forma parte de la lista de más de 130 presos políticos que han sido secuestrados desde 2018, cuando la ciudadanía salió a protestar y el régimen respondió a sangre y fuego; este cronista deportivo forma parte de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), organización que ha demandado su liberación y el cese de la persecución y hostigamiento en contra de la prensa que no obedece a las políticas dictatoriales de Daniel Ortega.