Las imágenes de carreteras recién construidas, tramos de calles asfaltadas y caminos “patroleados” en varias zonas del país se repiten hasta tres veces en el día en los noticiarios que producen las televisoras del gobierno, las mismas imágenes que saturan las redes sociales desde cuentas masivas de los llamados troles, todo, con la intención de vender un país “en progreso».

Aseguran sin argumentar con números comparativos, que “Nicaragua es el país con las mejores carreteras de Centroamérica” y le agradecen a Daniel Ortega y a Rosario Murillo por hacer las obras.

“Por ningún lado dicen que es gracias a la gente que paga sus impuestos, dan a entender que todo sale de la cartera bondadosa de estos señores”, dice un opositor de una zona rural de Matagalpa.

“Seguimos mostrando que Nicaragua tiene la mejor infraestructura vial de Centroamérica”, reza el discurso gubernamental que se repite y se repite en la red de cuentas y en los medios televisivos.

Tanto el opositor norteño, como analistas independientes, consideran que la propaganda gubernamental, es una estrategia para “lavarse la cara a nivel internacional”.

“Muestran una pequeña parte de lo que hacen y ocultan que la vida está carísima, que no hay empleos, que hay una represión horrorosa y que hay crímenes que se han cometido en todo el país y que están impunes. Quieren dar a creer que este país progresa, pero olvidan que no hay democracia y que se irrespetan los derechos humanos”, acusa el opositor.

Una familia que sí progresa

En la dictadura sandinista, es una costumbre que toda muestra de “progreso” que difunden, tiene detrás a uno o a varios de sus allegados que son beneficiados de alguna forma.

En en este caso de la propaganda, una familia de fotógrafos de apellido Cajina, recibe miles de córdobas en pagos por viáticos para viajar a la zona donde está la obra y después cobran buenas sumas por las carpetas de imágenes y videos que entregan a los medios de la familia Ortega-Murillo.

Victor Cajina es uno de ellos. Este fotógrafo que se vende como un productor audiovisual experimentado es sobrino del empleado de los Ortega-Murillo, Jairo Cajina, el fotógrafo personal de la vocera gubernamental que suele verse como su “sombra” todo el tiempo en las actividades nocturnas a las que el binomio de poder aparece.

Jairo Cajina fue gráfico de la primera dictadura de Daniel Ortega y en tiempos “de desgracia”, halló refugio en el cerrado El Nuevo Diario.

Ahí conoció a periodistas, defensores de derechos humanos y activistas políticos que luego delató en 2018 durante ante la política represiva de la Policía, que provocó persecución y asedio a comunicadores independientes en 2018.

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Carreteras y obras
Carreteras y obras prometidas por la dictadura con fondos públicos

Los Cajina ordeñan al Estado

El régimen Ortega-Murillo facilita que la familia Cajina “ordeñen” al Estado desde varias instituciones.

Jairo Cajina se encuentra en la planilla del Ejecutivo como fotógrafo de la presidencia aunque su trabajo es ser más el fotógrafo personal de la familia.

Desde su red social difunde desde fotos de eventos del régimen hasta sus andanzas familiares como bautizos, bodas, incluyendo las actividades “recreativas” de los hijos del poder que se financian con fondos estatales.

Un hijo de Cajina que lleva su mismo nombre es empleado en el mismo oficio en la Asamblea Nacional y otro de nombre Elías, trabaja para la Empresa Portuaria Nacional EPN.

Pero no termina ahí, el afortunado fotógrafo tiene a un sobrino, Victor Cajina, tomando fotos para el Ministerio de Transporte e Infraestructura, MTI y es el principal proveedor para las difusiones que hacen todos sobre “las obras de progreso” horizontales.

Víctor Cajina y Jairo Cajina, no solo son propagandistas de la dictadura, sino también apologistas de la invasión rusa a Ucrania. Ellos ganan miles de córdobas del erario por publicar fotos de las carreteras de Nicaragua.

Engaños y un “ministro generoso” con fondos públicos

Este último ministerio, bajo la administración del sancionado militar en retiro Óscar Mojica Obregón, es el que facilita transporte, viáticos y bonos a la familia Cajina para que hagan las fotografías, videos y propaganda de los proyectos estatales.

Víctor Cajina, quien se autopromueve como uno de los mejores fotógrafos de Nicaragua”, es el principal promotor de la propaganda de carreteras; ha creado varias páginas en redes sociales y pide fondos adicionales al ministerio para según ellos “estas tengan mayor alcance”.

Las imágenes de carreteras, incluyendo planos aéreos mediante el uso de drones que la Policía del régimen les permite quebrantando la misma normativa que crearon para restringir el uso de estos aparatos, se comparten en infinidad de medios y portales sandinistas como Nicaragua Sandinista, Alto Voltaje Siempre, Cañón Digital, Prensa Popular, Barricada, entre otros.

Cajina y Mojica
El apologista de la dictadura, Victor Cajina, de gorra roja, poco le falta para cargarle el maletín al sancionado general Mojica del MTI.

Propagandistas “no salen ilesos”

Pero la gente en redes sociales no perdona a nadie. No falta quien les diga que está bien la obra, pero les preguntan sobre otras docenas de promesas incumplidas en zonas alejadas del país. “Aquí seguimos esperando”, les dicen.

Otros que conocen bien a esta familia les llaman “vividores” y aprovechan para recordarles que gracias a ellos, malandrines les han robado equipos a otros fotógrafos, después de las delaciones a las que se han prestado los Cajina.

“Parece que ya aprendieron a usar las cámaras y lentes que les robaron a los fotógrafos de los periódicos confiscados o los drones robados a periodistas extranjeros”, les señalan.

Y es que “el canibalismo” dentro de los funcionarios del régimen es tal, que los mismos “compañeros” molestos por los beneficios a los Cajina, se han encargado de acusar que el régimen, les ha dado medios y aparatos confiscados y que ellos los usan sin vergüenza alguna.

Otras reacciones están relacionadas a las mismas obras. En las mismas páginas de propaganda se lee el reclamo de ciudadanos que señalan que la carretera beneficia a pocos. “Son carreteras vacías, muertas, nadie traficando porque la gran mayoría de los nicas están en las cárceles, en los cementerios o exilados”, posteó una ciudadana.

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¿Vencidos en las redes?

Muchos reportes de este tipo de propaganda llegan a tener docenas de comentarios negativos, que muchas veces superan en número y extensión a los de los seguidores de la dictadura sandinista, la mayoría asalariados del régimen.

Los mismos propagandistas se quejaron en una reunión de voceros oficialistas que “muchos compañeros se duermen con las publicaciones que ellos hacen”.

“Hay que ser solidarios y apoyarnos. Los puchos nos atacan masivamente y muchos compañeros aquí no responden o apoyan nuestro contenido”, se lamentó Jairo Cajina.

Para este año, el MTI contará con más presupuesto para “obras viales” y claro una buena partida será destinada a la propaganda.

Una fuente oficialista inconforme, señala que en el pastel van incluido los fotógrafos Cajina y los hijos de Ortega y Murillo que pasan la factura a las instituciones para cobrarse en concepto de publicidad.

“Aquí todos ganan, desde el flashero, la agencia que difunde los paquetes que son de los mismos hijos de Ortega-Murillo y quienes los difunden que son los mismos hijos de los Ortega-Murillo. Así se gastan millones”, dice el informante.

“Las carreteras no llevan a la democracia”

Luciano García, miembro de la organización fiscalizadora Hagamos Democracia y exconcejal de la Alcaldía de Managua, señaló que la campaña de propaganda de la dictadura no está dirigida al público nacional, sino al extranjero para tratar de atraer turistas.

Según García, la dictadura está muy clara de que la imagen país a nivel internacional es negativa por el trabajo informativo que desde el exilio hacen los medios de comunicación independientes, denunciando la represión, la corrupción y los abusos de derechos humanos bajo el régimen de la familia Ortega-Murillo.

Por eso, García considera, que el régimen invierte recursos públicos para tratar de cambiar la narrativa internacional y atraer incautos o despistados a visitar el país.

A su criterio, las imágenes de los propagandistas muestran una serie de paisajes y obras indudablemente atractivas que develan un desarrollo de la infraestructura que compiten y pueden superar las vías de algunos países de la región “pero las carreteras no llevan a la democracia”.

Carreteras sin transparencia

De acuerdo a García, aunque las carreteras y demás obras evidencian una inversión de fondos públicos, no hay certeza de que se hayan ejecutado con transparencia.

Para él, el problema de la corrupción es tan grave en Nicaragua bajo la dictadura sandinista que cualquier obra pública actualmente es imposible de ser auditada y no hay manera de saber cuánto costó cada carretera y cuánto quedó en manos del partido o qué empresas del círculo de los Ortega-Murillo fueron beneficiadas.

En todo caso, dice García, por muy bonitas que luzcan las carreteras de la propaganda del régimen, sin libertades, sin democracia, sin transparencia y sin esperanza en Nicaragua “las carreteras solo pueden servir para que la gente salga más rápido al exilio”.

jairo Cajina
A Jairo Cajina no lo señalan de ser uno de los sapos más serviles y «puñaleros» de la dictadura, sino uno de los más vividores y peligrosos, pues aparta de delatar a periodistas y opositores con la familia sandinista, se aprovecha de su cercanía para agarrar y utilizar equipos fotográficos confiscados o robados a los periodistas independientes. En la foto, saliendo de La Prensa, donde habían decenas de equipos multimedias que luego él andaba usando para hacer propaganda de la dictadura y sus carreteras.

Carreteras sin capital humano ni empresas

En un artículo de opinión publicado en Confidencial, el politólogo nicaragüense Manuel Orozco explica que financiar este tipo de obras “es contraproducente”.

“Las carreteras de Nicaragua pueden ser consideradas las mejores de Centroamérica, sin embargo, para Ortega y Murillo la infraestructura física del territorio tiene más valor que la infraestructura del nicaragüense, su propio desarrollo y conocimiento”, dijo.

Explicó por ejemplo, que el régimen de los Ortega-Murillo invierte en un año 200 dólares por estudiante y 1.2 millones de dólares por kilómetro lineal de carretera.

“La realidad es que para este gobierno hay más rentabilidad en construcción que en educación. Rentabilidad para los favores políticos y económicos que ellos promueven”, asegura.

Por eso dijo que no le sorprendía, “cuando el general vestido de civil, el ministro del MTI, dice ‘tenemos proyecciones fantásticas para el período 2024-2026’, porque sabe que las contrataciones y ubicaciones de construcción benefician a amigos y miembros de la cúpula del poder, en detrimento de la mayoría”, acusó.

Orozco considera que “de poco sirve contar con carreteras nuevas si el pueblo no tiene medios para transitarlas o empresas que no pueden aprovechar su infraestructura”.

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