La brutal dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, confirmó el régimen de casa por cárcel al general en retiro Humberto Ortega Saavedra, pero disfrazó el arresto domiciliario bajo «atención médica».

La policía al servicio de la familia Ortega-Murillo y el Ministerio de Salud (Minsa) anunciaron la instalación de una «Unidad de Atención Médica Especializada» en la residencia del militar en retiro.

Este inusual despliegue médico ocurre en un contexto de represión creciente y de fracturas evidentes dentro del círculo cercano al dictador.

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Según el comunicado oficial, un equipo de especialistas del Minsa y médicos particulares, evaluó la condición de salud de Humberto Ortega y se instaló en su casa.

De acuerdo a la sancionada policía, este equipo «estará en permanente comunicación, coordinación y visitas» para monitorear al paciente.

Médicos como carceleros

Sin embargo, las circunstancias de este monitoreo son cuestionables y reflejan una medida de control político más que de asistencia médica genuina.

El propio Humberto Ortega reveló en una reciente entrevista con Infobae que ha gestionado sus problemas de salud en el hospital privado Vivian Pellas, lo cual pone en duda la necesidad de la intervención del régimen.

El general en retiro padece de múltiples condiciones graves, entre ellas, falla cardíaca, enfermedad renal, diabetes complicada y problemas de próstata y colon.

A pesar de estas dolencias, las acciones del régimen parecen más motivadas por la venganza política que por la salud.

La intervención policial en la residencia de Ortega ocurrió el pasado domingo, cuando agentes cercaron su casa y le confiscaron teléfonos y computadoras, dejándolo incomunicado.

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Humberto Ortega versus Daniel Ortega

Esta acción fue un claro acto de represalia, horas después de que la entrevista con Infobae se hiciera pública.

En dicha entrevista, Humberto Ortega cuestionó abiertamente la capacidad del círculo cercano a Daniel Ortega de mantenerse en el poder tras su eventual fallecimiento.

El comentario, que evidentemente no fue bien recibido por el régimen, activó el odio permanente de la co dictadora Rosario Murillo, quien maneja como títere al esbirro Horacio Rocha.

Al día siguiente, el general en retiro fue citado a las oficinas de la Policía en Plaza El Sol para un interrogatorio con el comisionado Horacio Rocha, ministro asesor de la dictadura.

Dictadura no perdona si a su familia

Rocha, conocido por dirigir operativos represivos contra funcionarios que han perdido el favor del régimen, supervisó esta interrogación, pero se desconoce el resultado.

El anuncio de la instalación de la unidad médica llegó inmediatamente después de esta cita, en una movida que parece más un castigo encubierto que una medida sanitaria.

Este incidente es un capítulo más en el largo historial de represión del régimen Ortega-Murillo, donde ni la familia está exenta de ser castigada para mantener el control absoluto del poder.

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