Representantes de los pueblos indígenas denunciaron el lunes ante la sede de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Estados Unidos, la grave situación de violación a los derechos humanos que padecen los pueblos indígenas en Nicaragua bajo la dictadura de Daniel Ortega, así como la desaparición del líder indígena Brooklyn Rivera.

“En Nicaragua hay un exterminio, hay un genocidio contra los pueblos indígenas, no se garantiza y no se respetan los derechos” dijo la experta de Mecanismo Independiente de derechos humanos de Pueblos Indígenas de la ONU, Anexa Alfred Cunningham durante la sesión número 23 del Foro Permanente de las Naciones Unidas para abordar asuntos sobre indígenas y afrodescendientes.

Recordó que en este foro, hace un año, el ex diputado por el partido indígena Yatama, Brooklyn Rivera, alzó su voz para denunciar la violación a los derechos humanos de las comunidades que conforman la Mosquitia, acción que le costó el secuestro cuando regresó a Nicaragua.

Anexa expresó su mayor condena por la privación de libertad del líder del partido Yátama, así como de Nancy Enriquez y pidió sean liberados de inmediato.

Señaló que el espacio de la ONU es de “diálogo entre los pueblos indígenas y los Estados (de todo el mundo), en donde los pueblos podemos llegar a un consenso por los derechos de los pueblos indígenas en el mundo”.

En ese sentido, recordó que su participación es “seguir denunciando la criminalización, la persecución, el secuestro y desaparición forzada que están viviendo los líderes en Nicaragua, y también dejar plantado las posiciones de las comunidades indígenas”.

La orden de no entrada y el secuestro

En abril de 2023, la dictadua sandinista le impidió a Brooklyn Rivera ingresar a Nicaragua luego de asistir a un foro de Naciones Unidas en Nueva York en el que se denunciaron las frecuentes invasiones de tierras de las comunidades indígenas del Caribe norte. Rivera denunció el hecho y dijo que se vio obligado a ingresar al país por “puntos ciegos” de La Mosquitia, en la frontera con Honduras.

“Yo tuve que buscar otras opciones de cómo regresar” porque “este es mi territorio (y) para nosotros no hay frontera”, dijo en un video público en esa ocasión. “Tengo responsabilidades de liderazgo, con el pueblo, con la organización YATAMA y también tengo mi trabajo en la Asamblea y mi familia”, añadió. Fue secuestrado en septiembre del 2023 y hasta no hay información real de su estado de salud. Sáenz: “Abril es una pesadilla para Ortega y Murillo”

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