El arzobispo Paul Gallagher, canciller de El Vaticano, admitió el jueves que «no fue fácil» lograr en Nicaragua la excarcelaión de los obispos Rolando Álvarez, Isidoro Mora y 17 sacerdotes más, que fueron desterrados por la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Todos fueron sacados del país el fin de semana hacia Roma, donde son huéspedes de la Santa Sede. Gallagher admitió que hubo una negociación con la dictadura que no fue sencilla, pero que al final se logró el objetivo.

«Es claro que negociar cosas como la salida de estos sacerdotes de Nicaragua no fue fácil», planteó hoy Gallagher al participar de una conferencia de prensa sobre los 200 años de la muerte del cardenal Ercole Consalvi, un símbolo de la diplomacia vaticana.

«Consalvi es una inspiración para muchos de los problemas que debemos afrontar hoy, que parecen imposibles, que no hay soluciones. Son tiempos borrascosos», agregó luego el canciller de El Vaticano.

¿Iglesia partícipe en crimen de destierro?

A diferencia del destierro de 12 sacerdotes nicaragüenses en octubre del año pasado, cuando la Santa Sede, negó una negociación con la dictadura, pues solo recibió a los prelados a pedido de Ortega y Murillo, esta vez reconoce que si hubo un diálogo en la búsqueda de una solución, aunque eso signifique a criterio de especialistas en temas de derechos humanos, la participación en un crimen de lesa humanidad como es el destierro.

«Los que cometen el crimen son los dictadores de Nicaragua, la iglesia solo acoge a sus hermanos, porque no puede darles la espalda», dijo el ex embajador de Nicaragua ante Alemania, José Dávila a Café con Voz. Dictadura busca imponer nuevo «pacto religioso»

Los dos obispos, 17 sacerdotes y tres seminaristas, fueron desterrados de Nicaragua el fin de semana luego de que el dictador Nicolás Maduro, facilitara un avión de Conviasa para llevarlos desde Managua, hasta Roma.

Los obispos Rolando Álvarez e Isidoro del Carmen Mora Ortega, tendrán reuniones con las autoridades de la Santa Sede y particularmente con el Papa Francisco.

Monseñor Rolando Álvarez fue excarcelado después de más de 500 días de haber sido secuestrado por la dictadura, que lo condenó a más de 26 años de prisión, como represalia después de negarse a abordar el avión que en febrero del 2023, llevó a 222 secuestrados políticos de Managua a Washington.

Los sacerdotes y seminaristas desterrados el fin de semana, son «huéspedes de la Santa Sede», informó el Vaticano.

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