El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), debe “descontaminarse” de las prácticas dejadas por el actual presidente del organismo, Dante Mossi.

Eduardo Trejos, ex embajador de Costa Rica en Nicaragua y ex representante del país centroamericano ante el BCIE, aseguró en una entrevista a Café con Voz que el banco tiene grandes retos una vez escoja a su nuevo presidente.

¿Qué es lo más difícil que le va a tocar al nuevo presidente del BCIE?

La próxima presidencia debe llevar al banco a los estados en que los recibió Mossi en 2017. Todos los índices del banco han venido en declive y yo le reporté a los gobernadores la situación y según se, esos índices han desmejorado o siguen igual.

Esto repercute en las tasas de interés a los países y la cantidad de créditos se reduce.

El banco ha sufrido este deterioro que incide en que las carteras de créditos se enfoquen en Nicaragua y El Salvador. Los órganos financieros serios prefieren distribuir el riesgo entre varios países.

Es posible que el 17 no exista elección, porque al solo haber dos candidatos, puede ser que se busque un tercer nombre.

Mossi era bastante indolente con temas de derechos humanos, ¿hay relación de los créditos con este tema?

El banco debe ser muy meticuloso y en el tiempo de Mossi todos los indicadores han retrocedido. Hay un nivel de supervisión muy escasa.

Mossi tenía como agenda complacer a todos los que le parecía a él que le iban a asegurar su reelección. Por eso el acercamiento con Daniel Ortega.

Luego del robo de elecciones, Mossi quería inaugurar un edificio del BCIE en Managua que estaba sin terminar. Los directores cerraron filas y el evento no se realizó y lo tuvieron que inaugurar con Mossi cuatro meses después.

¿Qué se debe hacer con el BCIE?

El primer peldaño es la supervisión de los préstamos porque dentro de esta era de Mossi los créditos han sido relegados a las oficinas de los países. Esto hace que cada país ponga en papel lo que convengan, por eso dicen que Nicaragua es meticulosa.

Después, se deben tomar en cuenta elementos de derechos humanos, como cualquier organismo financiero.

Se impidió que Mossi se reeligiera, pero acaba de destrabar un desembolso a Nicaragua, ¿esto debe preocupar?

El proceso para la no reelección de Mossi estuvo influenciado por la presión internacional, la pésima función como presidente de un banco.

Ahora destraba un nuevo crédito alegando que son obras de progreso, pero me gustaría ver como están esas obras.

Hay que generar más presión, porque las agencias de riesgo crediticio deberían voltear a ver las finanzas del BCIE.

El banco va a asumir la responsabilidad de lo que Mossi hizo. El problema es que Mossi tenía una chequera llena de fondos no reembolsables que no pasaban por el directorio. Al final, eran millones de dólares que usaba como caja chica.

Se dijo que al final había un sobreprecio impresionante en comparación con el mercado. Hay cosas que revisar por todos lados.

Lo peor que puede suceder es que se promocióne una versión de Dante Mossi 2.0.

¿Cómo ves la elección para Costa Rica?

Se propuso al Gerente del Banco Nacional, pero no creo que alguien vote por él porque se descubrió un faltante de dinero en las bóvedas del Banco Nacional. Entonces hay dos candidatos, Jaime Díaz y Gisella Sánchez que es la candidata del gobierno de Rodrigo Chaves.

Cualquiera que llegue al cargo tiene que desligarse de todo lo que ha hecho Dante Mossi.

¿Qué papel jugaron antes los directores?

Mossi tenía una hermandad con los directores pero fue perdiendo apoyo y la capacidad de convencer.

En una reunión, nos mintió y teníamos la evidencia. Por eso, los directores deben seguir vigilantes por la transparencia del banco.

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