El régimen de Daniel Ortega abrió el proceso para buscar un sucesor al cargo de Fiscal General de la República, que actualmente lo ostenta la sandinista Ana Julia Guido. Según la Resolución N°. 1-2023, publicada en el sitio web del Parlamento, bajo el control de la dictadura, se convoca a la presentación de candidatos o candidatas para ocupar los cargos de Fiscal general y Fiscal Adjunto.
La Fiscalía (Ministerio Público) es uno de los brazos represivos más leales a la dictadura y actualmente el cargo de Fiscal General Adjunto es ocupado actualmente por Julio González.
Guido fue sancionada por Estados Unidos en octubre del 2020 por supuestamente formar un grupo de fiscales que trabajaron con la Policía para fabricar casos contra presos políticos y sus familias.
En agosto de 2021, la Unión Europea también se sumó a las sanciones contra Guido, la vocera del régimen Rosario Murillo y otros seis funcionarios más de la dictadura.
Para la socióloga y especialista en temas de seguridad ciudadana, Elvira Cuadra, estos “ajustes” estatales buscan generar un nuevo círculo de confianza y ajustarse a lo que ella misma ha calificado como “la institucionalización del estado policial” a través de mecanismos, subterfugios y leyes.
Con relación a la Fiscalía, hay cambios: Ana Julia Guido ya no va a estar al frente de esta institución, ¿qué hay detrás de esta disposición de la dictadura?
Esos cambios se relacionan con la institucionalización del Estado policial. Se ha hecho común decir que en Nicaragua hay un estado policial de facto desde 2018. Desde 2022 han dado legalidad y permanencia a una política de vigilancia.
Con esto se pretende mantener el control porque la desconfianza y el descontento ya llegó hasta los funcionarios públicos. Además, a cinco años de la crisis sociopolítica, el personal está agotado físicamente y en estados de ánimo. El círculo más cercano de lealtades y confianza ya está dañado y necesitan hacer cambios con personas que puedan volver a generarla.
En el caso de la Fiscalía no es porque desconfíen, sino que es parte de los movimientos y cambios y es probable que las personas que van a cambiar reciban un premio por su papel en estos últimos cinco años.
¿Existe la posibilidad de que exmilitares o policías asuman el cargo de Fiscal General?
Creo que la tendencia es más a militarizar las instituciones de naturaleza civil. Esto ya lo hemos visto en otros casos y el principal ejemplo es el canciller Denis Moncada, que es un militar en retiro.
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Como el círculo de lealtad se ha achicado, necesitan asegurar que las personas que ocupen esos puestos claves sean personas leales.
Este cambio de la Iglesia Católica y la procesión de Santo Domingo, ¿a qué se debe?
Han llamado la atención esas fotografías y la decisión del régimen de permitir la procesión de Santo Domingo sobre todo por el antecedente de que otras celebraciones religiosas no las han permitido.
Creo que eso tiene que ver con que el régimen no quiere cerrar completamente la puerta de la comunicación y negociación con la jerarquía de la iglesia católica. Además, el nivel de agravio a las creencias religiosas de los nicaragüenses ha profundizado mucho el descontento e insatisfacción entre la ciudadanía.
El hecho de que el Cardenal Leopoldo Brenes decida recibir a personeros de la dictadura, ¿significa que puede ocurrir algo que no conocemos?
Al cardenal Brenes se le ha criticado mucho su actitud frente a las agresiones a la Iglesia porque ha tenido una postura en la que ha preferido no confrontar o no expresarse abiertamente en relación a esa situación y las actuaciones del régimen.
Es difícil hacer una lectura completa porque hay mucho misterio alrededor de eso y porque el cardenal ha sido muy escueto. Lo que se pueden hacer son interpretaciones.
Yo quisiera verlo de una forma más positiva y decir que esa actitud del Cardenal son una manera de mantener una comunicación para una eventual negociación en función de proteger y salvaguardar la integridad física del Obispo Álvarez o de otros religiosos bajo ataque o encarcelados.
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También podría ser un cierto nivel de convivencia del cardenal con estos personeros del régimen.
Esa capacidad de conversar, ¿pareciera que solo es para Managua?
La festividad de Santo Domingo es una de las más importantes y significativas. Creo que el régimen está jugando con darse cuenta que seguir peleándose con la jerarquía de la iglesia católica, no da resultados. Además, prohibir una procesión como Santo Domingo podría significar pinchar un globo que está a punto de estallar.
¿Cómo ve la situación de la oposición?
Tengo una visión positiva. Esto está relacionado con el hecho de que esta oposición bastante amplia está compuesta por actores de naturaleza diversa y ponerlos de acuerdo requiere tiempo y madurez política, que no todos la tienen en la misma medida.
La represión busca golpear al movimiento cívico organizado dentro y fuera de Nicaragua, para mantenerlo débil y si es posible eliminarlo.
Hay mejores condiciones para los encuentros. Por ende, los ataques y las descalificaciones van a estar presentes a medida que se acerque la unidad.