Luego de meses de especulación y de manejos casi clandestinos sobre un movimiento denominado «Monteverde», este apareció públicamente el miércoles con un comunicado, indicando que se trata de una agrupación conformada por actores de la oposición nicaragüense en el exilio, así como excarcelados y desterrados políticos.

El comunicado indica que el “Grupo Monteverde”, es una nueva iniciativa «de concertación política» basada en la pluralidad de sus integrantes que apuesta a consolidarse como un bloque unificado para “acabar con la dictadura de Daniel Ortega y construir la base para la fundación de una Nicaragua en paz, justicia y democracia».

De acuerdo a la infiormación divulgada, en el grupo se encuentran diversos sectores como el campesinado, estudiantes, líderes y organizaciones políticas, diseñaron una “estrategia conjunta y un plan de acción con los aportes de los actores y organizaciones que participan del proceso y que han venido trabajando activamente en la lucha contra la dictadura con el compromiso profundo de escuchar la voz y aspiraciones de la ciudadanía nicaragüenses dentro y fuera del país”.

El encuentro de Monteverde antes de dar a conocer su comunicado, se realizó en Estados Unidos y participaron Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Violeta Granera, Elíseo Núñez, Héctor Mairena, Jesús Tefel, Medardo Mairena, Alexa Zamora, Alex Hernandez , José Antonio Peraza , Daisy George, Suyen Barahona, Luciano Garcia, Tamara Dávila, Juan Diego Barberena entre otros.

La visión de Medardo

El líder campesino y ex candidato presidencial, Medardo Mairena, dijo que Monteverde iniciará una nueva etapa y que él está integrado, motivado por su alto compromiso con la unidad en acción.

“Dije que participaría para escuchar propuestas y exponer las nuestras, a ver si todos los participantes estaban dispuestos a construir un proceso de concertación de todas las fuerzas opositoras, superando la división y sin pretensiones hegemónicas de nadie, para lograr una unidad pluralista y diversa que desarrolle una estrategia común y un plan de acción coordinada, que nos permitirá ser más efectivos en la lucha contra la dictadura sandinista”, señala.

Mairena reconoce que Monteverde fue una iniciativa en condiciones muy diferentes a las actuales, con los liderazgos más representativos de Nicaragua en prisión; y que “hoy podemos afirmar que Monteverde tal como se ha venido desempeñando ya no es viable. Hemos acordado transformarlo en un proceso de unidad abierto a todas las plataformas opositoras sin considerarnos como los únicos representantes de ésta, dispuestos a trabajar juntos con nuestro pueblo para ponerle fin cívicamente a la tragedia que estamos viviendo y para que todos juntos podamos construir un estado de derecho y una sociedad democrática”. 

“Esto es lo que la población espera de nosotros y no podemos fallarle, este proceso ha arrancado y no se detendrá”, enfatizó.

Chamorro: No es monopolio de la oposición

Por su parte el también ex aspirante a la Presidencia, Juan Sebastián Chamorro, señaló que fue invitado a participar y mira en la apertura y el respeto a la pluralidad ideológica algo positivo.

“Un poco después de salir preso fui invitado por esta iniciativa llamada Monteverde a una reunión presencial que se acaba de realizar y en la que se propone el inicio de un proceso de unión entre los opositores nicaragüenses a través de una comunicación respetuosa, pero sobre todo basada en el principio de la democracia y el compromiso del cambio democrático que requiere Nicaragua para salir adelante”, explicó en un vídeo divulgado en sus redes sociales.

Añadió que lo más importante en este momento es realizar acciones en conjunto, coordinados “no necesariamente dentro de una única organización, sino que cada organización opositora, diversa como es, y que es un elemento positivo esta pluralidad de opositores, podamos coordinarnos y tener una mejor comunicación”, señala Chamorro.

Asimismo explicó que Monteverde no está arrogando el monopolio de la oposición ni una oposición hegemónica, sino que también reconoce otros espacios, en los que también ha participado y fomenta un diálogo en la acción opositora.

“Como opositores tenemos que tener la madurez necesaria para poder entablar este tipo de coordinaciones con agrupaciones que quizás no tengan casi nada en común, excepto los valores democráticos y la necesidad de cambiar y acabar con la dictadura de Ortega”, concluyó Chamorro.

Cuestionamientos

Los cuestionamientos y dudas de los críticos de la agrupación no se hicieron esperar. La joven opositora Zayda Hernández, a través de su cuenta de Twitter, indicó que Monteverde es «más de lo mismo» y qur por tanto no se pueden esperar resultados diferentes.

«Sabiendo que son más de lo mismo del 2018, incluyendo políticos criollos que no han dado ningún resultado positivo para la crisis de Nicaragua, urge la necesidad de esclarecer interrogantes sobre esta “nueva organización, plataforma, proceso, concertación, etc”, dijo Hernández.

«¿Cuál es el mecanismo para materializar, esa supuesta unión? ¿Quienes son los fundadores de Monteverde? ¿Están en la disposición de escuchar propuestas de organizaciones y/o personas que tienen posiciones diferentes? Sabemos que algunos miembrosde MV son radicales y censuradores», añadió.

De igual manera puso en cuestión la representatividad de los actores. ¿Han tomando en cuenta que la mayoría de ustedes no tienen legitimidad, mucho menos bases sólidas en la comunidad dentro y fuera de Nicaragua? ¿Cómo recuperarán la confianza y credibilidad ante el pueblo?», expuso.

El comentarista político Jaime Arellano por su lado escribió: «Tal y como lo había anunciado hace dos semanas los Monteverde, es la reencarnación de la Coalición y Alianza Cívica, controlada más aún por los MRS. Desgraciadamente hay gente buena que siguen confiando en los MRS y corruptos. Ya no engañan a nadie».

En su misma cuenta le respondieron con una famosa fotografía en la que aparece en la campaña electoral de 2011, junto a Dora María Téllez, Edmundo Jarquín y Eduardo Montealegre.

“Lo que se pretende es que no se le ponga un sello de una organización, sino un proceso de concertación que al final tiene que transformarse en algo más sólido, donde se construye realmente lo que la gente está pidiendo, sabemos que es difícil construir todo lo que ya sabemos que es la unidad opositora en una sola organización, creo que hemos avanzado”, dijo Luciano García, dirigente de Hagamos Democracia.

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