El régimen de Daniel Ortega confirmó el sábado el cierre de cuentas bancarias de varias diócesis de la Iglesia Católica en Nicaragua por supuesta malversación de fondos, como parte de una red de lavado de dinero.

A través de un comunicado de la Policía al servicio del régimen, las autoridades encontraron «centenares de miles de dólares, escondidos en bolsas, ubicadas en instalaciones pertenecientes a la diócesis del país», pero no mostró evidencias que sustenten tal señalamiento.

Según el comunicado, las investigaciones realizadas en los últimos días, confirmaron la sustracción «ilegal» de recursos de cuentas bancarias que habían sido congeladas, así como otros delitos que todavía están siendo investigados. Al parecer se trataría del manejo de fondos y recursos de cuentas bancarias que habían pertenecido a personas condenadas por traición a la patria. Dictadura congela cuentas bancarias a la Iglesia Católica

«La Fiscalía General de la República, la Superintendencia de Bancos y la Unidad de Análisis Financiero han confirmado movimientos delictivos con fondos que para la diócesis han ingresado irregularmente al país y se investigan y se han abierto procesos por todos estos delitos», señala el comunicado de la policía.

Por su parte, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, que recopila los ataques contra sacerdotes en el país y que recientemente fue citada en un informe del Departamento de Estado sobre los ataques a la Iglesia católica, subrayó que esta medida se da tras la detención esta semana de dos sacerdotes al norte del país que están siendo investigados por las autoridades policiales por haber dirigido una organización religiosa que fue clausurada.

A criterio de la abogada, el gobierno de Ortega busca «una asfixia sin precedentes» en contra de la Iglesia católica, a la cual el mandatario ha tildado de ser «golpista» por albergar en sus templos a manifestantes antigubernamentales en el año 2018.

«Ortega y su esposa Rosario Murillo tienen una guerra declarada en contra de la Iglesia católica”, agregó.

Un sacerdote que pidió no ser identificado por temor a represalias señaló que hasta el momento se tiene confirmado que la suspensión de cuentas bancarias abarca a Managua —capital de Nicaragua— y a las Diócesis de Matagalpa y Estelí, al norte del país, las cuales estaban administradas por el obispo Rolando Álvarez, encarcelado por la administración de Ortega y sentenciado a 26 años de prisión.

“La intención es acabar con la Iglesia”, lamentó el religioso.

Como se explica en el comunicado, la Superintendencia de Bancos ha solicitado a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y al cardenal Brenes «la presentación de los documentos que muestren los movimientos de las cuentas bancarias de la diócesis de manera que se cumpla en todo momento con las leyes del país, evitando los actos ilícitos que se han venido cometiendo».

La reacción del cardenal Brenes

El cardenal Leopoldo Brenes, jerarca de la Iglesia Católica en Nicaragua, habló con el medio Despacho 505, sobre la acusación criminal que ha formulada por la dictadura contra esta institución religiosa y dijo que desconocía los pormenores, porque se enteró a través de las noticias.

Brenes dijo que sí había sido notificado sobre la suspensión de las cuentas, pero que ignoraba por completo el supuesto hallazgo de bolsas de dinero que la Policía dice haber encontrado en los templos así como los detalles de la acusación por supuesto lavado de dinero por el que será llamado a rendir cuentas.

“Me habían dicho de la suspensión de las cuentas, pero no sé si a la Presidencia le han informado otra cosa. Solo lo de las cuentas de las parroquias y eso es lo que estamos viendo”, señaló el prelado a la vez que anunció que en las próximas horas todos los obispos van la situación, pero sostuvo que todo está en orden en las cuentas bancarias de la iglesia.

“Estamos analizándolo. Luego los obispos vamos a (reunirnos)…, ahí tienen sus cuentas la gente, cómo se llevaban los trabajos. Cuando nos llamen estaremos listos para informarles”, dijo Brenes, quien aseguró que seguirán trabajando, “porque el trabajo de la iglesia es la evangelización”.

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