La dictadura sandinista “no se atrevió” a poner fin de forma total a las relaciones entre Nicaragua y El Vaticano, sopesando los efectos que esto conllevaría a nivel internacional.

“No quieren decir que hay ruptura porque no quieren complicarse la vida. Si se da la ruptura formal, se anuncia como ruptura de relaciones diplomáticas, figura que está contemplada en la Convención de Viena y es una pena muy grande. Si se da si se da esa figura tal cual y así se califica de ruptura de relaciones, se corta todo tipo de comunicación diplomática entre los dos estados”, consideró el doctor Guillermo Belt, exasesor de la Organización de Estados Americanos, en una entrevista a Café con Voz.

Belt señaló que si luego del rompimiento, uno de los Estados (o el que decidió romper las relaciones) desea retomarlas, se debe “comenzar desde cero”.

“Pero eso implica que tiene que comenzar de cero, es decir, tiene que pedir el plácet del Estado que está proponiendo restablecer las relaciones al otro Estado que se llama el Estado receptor para enviar a sus representantes diplomáticos”, expresó.

El domingo 12 de marzo, se informó que el régimen sandinista rompió relaciones diplomáticas con la Santa Sede (Ciudad de El Vaticano) unas horas después que la plataforma argentina Infobae publicara una entrevista con el Papa Francisco, en la que tildó de desequilibrada, hitleriana, comunista y guaranga (vulgar) a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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Luego de la ruptura, también hay responsabilidades

A criterio del doctor Guillermo Belt, la ruptura entre dos Estados conlleva responsabilidades, pese al distanciamiento.

“Debemos señalar, que tanto la suspensión de las actividades diplomáticas en un país como la ruptura, conllevan las mismas obligaciones para los estados. En este caso, Nicaragua está obligada a continuar respetando la las instalaciones de la Nunciatura Apostólica”, dijo Belt.

“La Convención de Viena obliga a la dictadura de Nicaragua, por mucho que quieran hacer ver lo contrario. La dictadura continúa obligada por los pactos internacionales que ha suscrito mientras no los denuncie”, añadió Belt.

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Pese al comunicado confuso de la dictadura, Belt señala que fue el mismo régimen sandinista quien decidió poner en “suspensión” las relaciones diplomáticas.

“Está clarísimo que esto lo inició la dictadura nicaragüense y ha tratado de entrar en una desmentida de lo que habían dicho los medios”, señaló.

En ese sentido, destacó que los comunicados diplomáticos que emite la dictadura, carecen de protocolo.

“El protocolo muy importante y esta dictadura ha hecho gala de violar el protocolo de muchas maneras y una de ellas, en estos comunicados, que a mí me da la impresión que, desde luego, no están redactados por un diplomático profesional”, dijo Belt.

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