Por Oscar René Vargas. Ortega está llevando a su régimen a una situación en que se desarrolla un proceso de declive lo que nos indica que existe una pérdida relativa de su poder y su control sobre la sociedad nicaragüense, aunque sea un fenómeno que se produzca sin llamaradas. El estancamiento del país se expresa en que Nicaragua, desde el 2007 a 2023, sigue paralizado al representar solamente el 5% del PIB de toda Centroamérica. Igualmente, por su atraso tecnológico y la mala calidad de la educación las Inversiones Extranjeras Directas (IED) son las más pequeñas de toda la región.
También observamos que el PIB de Nicaragua creció entre el 2018-2023 en un 10.6% mientras que las ganancias de los bancos crecieron, entre el 2019-2023, en un 93.05%. Por otro lado, las exportaciones FOB pasaron de US$ 2,583.1 millones de dólares en el 2017 a US$ 4,034.3 millones de dólares en el 2023, teniendo un incremento del 56.18%. Ambos datos nos demuestran que las ganancias de los “barones del dinero” han concentrado a su favor el excedente económico producido por el país. El atascamiento económico-social de los nicaragüenses ha entrado en una espiral descendente.
Nicaragua vive en un atraso tecnológico importante, ya que no ha logrado incorporar al sistema productivo tecnologías que permitan mejorar la calidad de los productos ni incorporar un nuevo producto importante de exportación a los tradicionales (carne, azúcar y café). Por otro lado, la creciente desigualdad económica, la polarización política a través de la represión, la concentración de la riqueza en pocas manos, su mayor aislamiento internacional, la pérdida de confianza de las instituciones financieras de que se produzca una mejora en su PIB anual. Esas son señales de debilidades/declive del régimen Ortega-Murillo.
Hasta la fecha, Nicaragua sigue subordinada a los Estados Unidos (EE.UU.) desde el punto de vista económico, tecnológico y político. De EE.UU. llegan más del 80% de las remesas, más del 60% de su comercio exterior y los préstamos financieros internacionales (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y del Fondo Monetario Internacional) en donde EE.UU. tiene una influencia importante. Sin embargo, el régimen sostiene que EE.UU. se encuentra en plena decadencia y ha priorizado sus relaciones con Rusia, China y los BRICS plus.
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Panorama desolador
El estancamiento relativo del desarrollo del país, la ralentización de economía para el período 2024-2027, los altos niveles de desempleo, la represión generalizada, la concentración de la riqueza en pocas manos ha creado una sensación de incertidumbre/dudas en los capitanes de los intereses empresariales y de los “barones del dinero” en la capacidad del régimen de mejorar las condiciones del país; al mismo tiempo, ha provocado grandes migraciones que se traduce en pérdida de capital humano y generado un creciente malestar político-social que afecta, en el corto y mediano plazo, la estabilidad/gobernabilidad del régimen y la tasa de ganancia extraordinaria de los “barones del dinero”.
La creciente desigualdad social ha sido otro de los factores importantes que afecta directamente a su propia base social, y, por lo tanto, a su declive. La concentración de la riqueza en manos de unos pocos ha dejado a millones de nicaragüenses sin acceso a mejores oportunidades. El ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres podría tener graves consecuencias en el proceso de declive e implosión del régimen.
La falta de inversión de capital en los sectores productivos ha deteriorado la productividad, ha conllevado a una pérdida de competitividad en comparación a los otros países centroamericanos y a un estancamiento en relación a los volúmenes exportables. Razón por la cual la tasa de crecimiento de las exportaciones del país es mucho menor a la tasa de ganancia de los bancos.
Por otro lado, han caído los niveles y la calidad de la educación lo cual tiene una secuela directa en la productividad y la competitividad del país. La asignación del 7.0 % que propone la UNESCO es la única manera de poder brindar una enseñanza de calidad. Tenemos una población menos preparada/capacitada y menos sana. Es decir, los niveles de educación y salud de la población han disminuido en comparación con el promedio centroamericano. Por ejemplo, la inversión anual en salud se encuentra por debajo del 8.0% del PIB aconsejado por la OPS/OMS y la inversión per cápita en medicamentos fue de US$ 4.5 dólares en el 2022.
Al mismo tiempo, las raquíticas retribuciones que otorga el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) a los jubilados y la precarización laboral han fecundado, también, a un mayor declive del régimen en las personas pensionadas lo cual genera un incremento del proceso de implosión social del régimen, amenazando su estabilidad en el corto y mediano plazo.
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A la sombra de China y Rusia
Tampoco podemos dejar de tomar en cuenta que el declive del régimen afecta a los intereses de los empresarios y de los “barones del dinero”. Por lo tanto, al final del día afecta la relación entre el Gran Capital y la “nueva clase” orteguista, nacida al amparo del régimen. No podemos olvidar que esa alianza no es indestructible como se demostró en el 2018.
Para evitar nuevas veleidades políticas de parte del gran capital, desde el 2018 la estrategia económica de Ortega-Murillo y sus aliados se ha desarrollado haciendo inversiones y/o controlando tres sectores importantes: i) controlar los sectores económicos estratégicos (combustible y electricidad), ii) hacerse socio de los grandes capitales y de los “barones del dinero” en empresas ya establecidas a través de diferentes mecanismos y, por último, iii) hacer grandes inversiones en la agricultura, ganadería, comercio, bienes raíces, turismo, etcétera con el objetivo de transformarse en el sector capitalista más importante del país. Piensan que la alianza entre la “nueva clase” con la vieja oligarquía y la burguesía tradicional puede contrarrestar el declive del régimen y el proceso de implosión.
Igualmente, para tratar de contrarrestar el declive del régimen, la estrategia de Ortega-Murillo ha priorizado/reforzado su alianza con China y Rusia, ya que tiene la idea/análisis de que EE.UU. se encuentra en plena decadencia y, por lo tanto, piensa que gozan de una mayor de autonomía relativa en relación a su dependencia geoeconómica, geopolítica y geoestratégica de los EE.UU. Todo lo anterior explica que su actual política internacional de desafiar a EE.UU. y a los países de la Unión Europea, acercándose a Rusia, China y a los BRICS plus.
El factor Maduro en el futuro inmediato
Sin embargo, la debilidad del régimen Ortega-Murillo es tal que tiene miedo de las posibles repercusiones negativas, para su permanencia en el poder, de un desenlace negativo para Maduro en las elecciones de julio 2024 en Venezuela. Una derrota de Maduro implicaría un incremento de su debilidad y aceleraría las fracturas al interior del orteguismo. ¿Ortega-Murillo se vería en la necesidad de cambiar su estrategia para evitar los efectos colaterales negativos que producirían esos resultados?
Existe un antecedente en el 2019: cuando en Venezuela se produjo el fenómeno Guaidó (enero 2019) y se conoció paralelamente el caso de Rafael Solís Cerda (abandonando el orteguismo), Ortega temiendo que algo parecido se podía producir en Nicaragua se contactó inmediatamente con los poderes fácticos y estableció un acuerdo con la OEA (tras bambalinas gozaba del aval de los EE.UU.) y con el Vaticano (apoyado por los poderes fácticos internos y del “liderazgo” de la rebelión de abril), lo que le permitió ganar tiempo, evitar algo similar al caso venezolano y permanecer en el poder hasta la fecha.
Censo como instrumento político
Por eso, en el caso de una derrota electoral de Maduro, nos permite afirmar que el declive del régimen Ortega-Murillo es tal que podemos vivir un escenario parecido al de 2019, para lo cual se estarían preparando las condiciones para una negociación ante la posibilidad que se produzca un resultado adverso a Maduro. Nuevamente, el objetivo de Ortega sería ganar tiempo y crear las condiciones que le permitan permanecer en el poder, aunque tenga que prometer y/o ceder espacios políticos tácticos. ¿Tropezará la oposición en la misma piedra?
Por último, el Censo Poblacional, iniciado en mayo de 2024, tiene el objetivo de amedrentar a la población no orteguista y, al mismo tiempo, tener una radiografía más precisa de los puntos débiles del régimen. Es decir, los resultados del Censo serán utilizados para tratar de contrarrestar el declive de la dictadura y evitar que se profundice. En las condiciones actuales el Censo está siendo utilizado como un instrumento político estratégico por el régimen.
Algunas preguntas conclusivas
Las preguntas que surgen son acerca de conocer los posibles efectos, negativos o positivos, de probables acontecimientos internacionales y sus repercusiones en el proceso de declive del régimen Ortega-Murillo. Por ejemplo:
1) ¿Qué efecto podría tener en Nicaragua el resultado de las elecciones de noviembre en EE.UU.? ¿En el caso de un triunfo de Trump, cambiaría la política hacia Nicaragua? ¿Acentuaría el declive del régimen? ¿En el caso contrario, si se reeligiera Biden, se mantendría la misma política hacia Nicaragua?
2) ¿De qué manera influiría en Nicaragua si se desarrollara un proceso de negociación en la guerra de Ucrania?
3) ¿Alemania cambiará su política hacia Nicaragua, producto del conflicto Alemania-Nicaragua en La Haya?
4) ¿El resultado de las elecciones en México tendría algún efecto en su política hacia Nicaragua? ¿Y las elecciones de Panamá y República Dominicana?
5) ¿Un incremento de la crisis en Asia Pacífico, pienso en el caso Taiwán, tendría una repercusión de la política China hacia la región centroamericana? ¿La crisis taiwanesa disminuiría la intensidad (préstamos y comercio) de la política exterior china hacia Nicaragua?
Todos estos acontecimientos, cuáles serían las repercusiones en Nicaragua, lo que no sabemos si serán efectos negativos o positivos en el proceso de declive del régimen Ortega-Murillo. Lo que sí podemos pensar es que la dictadura no puede permanecer inmóvil a los resultados de estos hechos en desarrollo y tratará, de cualquier manera, cómo evitar que se acelere su decadencia.
(A mi hermana, Milú Vargas Escobar, en el día de su cumpleaños luchando contra el cáncer)