El Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, aseguró sentir profunda tristeza ante la celebración de la navidad, debido a la persecución religiosa en Nicaragua y ahora los dos obispos secuestrados por la dictadura Ortega Murillo.
Monseñor se refirió al secuestro de Monseñor Isidoro Mora, Obispo de la Diócesis de Siuna, arrestado el pasado miércoles, quien se ha unido en prisión al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
“También pido por el segundo obispo preso en Nicaragua. Parece mentira que es el único país del mundo que tiene dos obispos encarcelados. Ahora nos unimos en la oración para rezar por él. La criminal dictadura de Nicaragua pueda tener un poco de humanidad, que de alguna manera renuncie a su odio contra la iglesia y la represión contra un pueblo que ya está cansado de sufrir”, dijo Báez.
Aseguró que esta navidad será de mucha tristeza y heridas por la situación que enfrenta la humanidad entera.
“Celebro esta eucaristía con profunda tristeza. Las luces de navidad están como apagadas. Es una navidad herida y triste la que nos preparamos para celebrar”, dijo Báez.
No se debe tener miedo
Durante su homilía, el jerarca aseguró que los pueblos no deben tener miedo, que es un sentimiento natural que paraliza.
“Tampoco los pueblos deben tener miedo. No olvidemos que el miedo es el arma preferida de los tiranos para silenciar y someter. No dudemos que son ellos, los poderosos, los dictadores y opresores quienes tienen miedo”, afirmó.
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Se refirió a la persecución de la dictadura de Nicaragua contra la Iglesia Católica, asegurando que el temor del régimen sandinista es el cariño que la población le tiene a la institución religiosa.
“Saben que el pueblo ama a la Iglesia y a sus pastores. Por eso le tienen miedo también al pueblo que sostenido por su fe sigue soñando y lucha por su liberación. Los tiranos tienen razones para tener miedo”, dijo.
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“Los regímenes totalitarios podrán seguir mostrando su desprecio por los derechos humanos, su flagrante falta de respeto por la libertad religiosa y su profundo odio hacia la Iglesia, pero morirán en su pecado y pasarán un día olvidados y condenados por Dios y por la historia”, puntualizó.