Más de 40 de los 94 nicaragüenses a los que la dictadura decidió despojarlos de su nacionalidad, emitieron éste viernes un pronunciamiento, en el cual señalan que la acción es un crimen de lesa humanidad y un «zarpazo» que desnuda la naturaleza criminal de una dictadura sin límites en lo ético, legal y político.

Los 45 firmantes aseguran que no existe fundamento para no ser nicaragüenses y que lo serán hasta el final de sus días, a la vez que llaman a los gobiernos democráticos del mundo, en especial los de América Latina a rechazar los actos inhumanos e ilegales de la dictadura. De igual forma piden la liberación de más de 35 secuestrados políticos, en particular la del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.

«Somos y seremos nicaragüenses hasta el fin de nuestros días, porque ahí nacimos y porque somos parte inseparable de ese pueblo valiente, alegre y generoso. Por eso seguiremos luchando para tener una patria para todos», indicaron en el pronunciamiento.

A continuación el texto íntengro firmados por 41 ciudadanos nicaragüenses, a los que la dictadura ha declarado apátridas, prófugos de la justicia y mandó a confiscar sus bienes.

Nosotros, los abajo firmantes, nos dirigimos a nuestros compatriotas nicaragüenses, a los pueblos y gobiernos del mundo, en especial a nuestros hermanos del continente americano, al Secretario General de las NNUU, a la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, a la OEA, a la Comisión y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar la brutal agresión que contra nosotros y miles más ha lanzado el régimen dictatorial de los Ortega Murillo. 

Derecho inalienable

Somos parte de los 94 nicaragüenses a quienes, por pensar distinto y reclamar justicia, democracia y libertad, la dictadura nos despojó de nuestra nacionalidad, mediante una resolución ilegal y violatoria de nuestros derechos humanos, de la legislación nacional y de convenios internacionales. La nacionalidad es un derecho inalienable y nadie nos lo puede arrebatar. Somos y seremos nicaragüenses hasta el fin de nuestros días, porque ahí nacimos y porque somos parte inseparable de ese pueblo valiente, alegre y generoso. Por eso seguiremos luchando para tener una patria para todos.

Asimismo, denunciamos la barbarie sin precedentes y repudiada por numerosas naciones del mundo, de pretender aplastarnos civil, económica y moralmente, mediante la eliminación de nuestros nombres de los registros públicos; la prohibición de ejercer nuestros derechos civiles y políticos a perpetuidad; la confiscación de nuestros patrimonios; la cancelación del pago de pensiones, y declararnos prófugos de la justicia, todo con el fin de impedirnos seguir en la lucha por la democracia.

Dulce Porras, Silvia Nadine Gutiérrez y Moises Hassan, dos de los despatriados de la dictadura. Foto: Café con Voz.

Crímen de lesa humanidad

Como han denunciado organismos de DDHH, estos actos constituyen crímenes de lesa humanidad, que se suman a los cometidos por el régimen en 2018 y, como tales, deben ser conocidos por la Corte Penal Internacional, tal y como señaló el gobierno de Colombia en su comunicado.

Este zarpazo a nuestros derechos esenciales desnuda la naturaleza criminal de una dictadura sin límites en lo ético, legal y político, que ha impuesto un régimen de terror que permea todos los estratos de la sociedad nicaragüense. La salida y el desmontaje del Estado policial totalitario es indispensable para que los nicaragüenses recuperemos nuestros derechos; los exiliados regresemos con seguridad; se haga justicia a las víctimas y conquistemos la democracia.

Demandamos la liberación inmediata de los más de 35 presos políticos, en particular, la de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa ―también despojado de su nacionalidad―, quien prefirió la prisión al exilio. Por su digna actitud fue condenado a 26 años, trasladado a la Cárcel Modelo y recluido en una celda de castigo.

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Llamamos a todos los gobiernos democráticos, en especial a los de Latinoamérica, a rechazar estos actos ilegales e inhumanos. Agradecemos a todos los gobiernos que han condenado a la dictadura por la violación sistemática de los derechos humanos de los nicaragüenses y a los que generosamente nos han ofrecido su nacionalidad. Muchas gracias, España, Chile, Colombia, México, Ecuador, Estados Unidos (que recibió a 222 de nuestros hermanos excarcelados) y a Costa Rica, que nos ha recibido con hospitalidad. 

Su solidaridad nos alienta y debilita a la dictadura. Por favor, mantengan su apoyo y rechazo al régimen orteguista, y acompáñennos en la defensa de nuestros derechos y el establecimiento de la democracia. CIDH convoca a audiencia de oficio por destierro a nicaragüenses

  1. Gioconda Belli
  2. Rosalía del Carmen Gutiérrez Huete de Miller
  3. Alexa Zamora Arana
  4. Ana Quirós Víquez
  5. Haydee Isabel Castillo Flores
  6. Mónica Baltodano.
  7.  Francisca Ramírez Tórrez
  8.  Juan Carlos Gutiérrez Soto
  9.  Aníbal Toruño 
  10.  Eliseo Núñez
  11. Edipcia Dubón
  12. Moisés Hassan
  13. Dulce María Porras 
  14. Héctor Mairena
  15. Javier Meléndez
  16. Wilfredo Miranda
  17. Manuel Orozco
  18.  Álvaro Navarro
  19.  Luis Carrión
  20. Salvador Stathagen 
  21. Enrique Sáenz 
  22. Luciano García
  23. Julio López Campos
  24. Mónica López
  25. Carlos Fernando Chamorro
  26.  Desirée Elizondo
  27. Elvira Cuadra
  28. Roberto José Álvarez Rojas
  29.  Joao Ismael Maldonado Bermudez 
  30. Azahalea Solís
  31. Sofía Montenegro
  32.  Camilo De Castro Belli
  33.  Yader Morazán
  34. Lucia Pineda
  35.  Silvia Nadine Gutiérrez Pinto
  36.  Jesús Téfel
  37.  Uriel Pineda
  38.  Manuel Diaz 
  39.  Ligia Gomez
  40. Ernesto Medina
  41. Luis Galeano
  42. Gonzalo Carrión
  43. Patricia Orozco
  44. Danny Ramírez Ayérdiz
  45. Humberto Belli

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