El Senado decidió por mayoría que el juicio político es legal. Los alegatos de la de la defensa del ex presidente Donald Trump, sobre la inconstitucionalidad, no bastaron para detener el segundo juicio político en contra del magnate acusado de incitar a la violencia contra el Capitolio el pasado 6 de enero.

El proceso arrancó con un Senado totalmente dividido, el cual una hora después aprobó la constitucionalidad del juicio político o «Impeachment» con 56 a favor, de los cuales solo seis de senadores republicanos y 44 en contra.

Ese sufragio da una idea de un final adelantado del proceso con un Trump absuelto, ya que para condenarlo se necesitarían 67 votos y al menos 17 de ellos, tendrían que ser de republicanos.

En enero pasado, el Senado ya había sometido a votación lo relacionado a la constitucionalidad del juicio político con cuyo resultado fue 55 a 45.

La Cámara Alta votó después de que los congresistas demócratas que ejercen como fiscales defendieran su posición durante una hora y media y que los abogados de Trump hicieran lo propio durante dos horas.

El debate sobre la constitucionalidad es un salvavidas para aquellos republicanos más incómodos con Trump, pero que no se atreven a darle del todo la espalda, puesto que así tendrán una excusa para votar en contra de condenarlo.

Tras esta primera jornada centrada en la constitucionalidad del proceso, el juicio político se retomará hoy, el miércoles, cuando empezarán los argumentos de los fiscales y la defensa de Trump.

«Incitación a la insurrección»

Se espera que el juicio político se desarrolle rápido. Los 100 senadores ejercerán como jurado del «impeachment» como se conoce en Estados Unidos y serán los encargados de valorar la acusación de «incitación a la insurrección» contra Trump por la irrupción de sus seguidores en el Capitolio, hecho que dejó 5 muertos.

Numerosos expertos en la Constitución han opinado que el proceso es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución de Trump, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.

Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convertió a Trump en el primer presidente estadounidense que afronta dos juicios políticos, tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania, y porque nunca antes se había sometido a un «impeachment» a un mandatario cuando ya no está en el poder.

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