Chinandega se ha convertido en el epicentro de contagios de COVID-19 en Nicaragua que habría dejado algunos fallecidos y a trabajadores de la salud contagiados, información que el régimen de Daniel Ortega se resiste a reconocer, al igual que el evidente contagio comunitario que pulula por calles, avenidas y carreteras.

“Los datos indican que lo dijimos hace unas semanas, que el contagio comunitario venía en camino y ahora a los pocos casos que comenzamos a ver en el Hospital Alemán, se suman más y más hospitales y focos de transmisión comunitaria; y en Chinandega se ha disparado el contagio”, dijo el epidemiólogo Álvaro Ramírez.

La fase de transmisión comunitaria de COVID-19, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), significa que las autoridades de Salud ya no pueden identificar el nexo epidemiológico del paciente. Ocurre, por ejemplo, cuando una persona confirmada con COVID-19 no ha viajado fuera del país, no ha tenido contacto con ningún caso importado ni tampoco con “no importados” o “secundarios”.

“A estas alturas negar la verdad sobre el contagio comunitario no tiene sentido, es más (ni) el reporte (del Minsa) en su totalidad ni el accionar del gobierno lo tienen, porque la realidad en los hospitales del país dice otra cosa”, dijo Ramírez, quien recordó que en la medida que la curva siga subiendo será más difícil controlarlo, porque las cifras varían cada siete días.

El incremento en los casos en Chinandega, se está vinculando  a la llegada del crucero “Amadea” en Puerto Corinto, el pasado 14 de marzo, cuatro días antes que en Nicaragua se oficializara el primer caso de COVID-19. En aquel momento los cruceristas fueron recibidos por niños vestidos con trajes folclóricos y autoridades del Instituto de Turismo.

Observatorio ciudadano habla de más de 630 casos sospechosos

El Observatorio Ciudadano, que da seguimiento a los casos que la población afirma hay por diferentes municipios de Nicaragua, pero que no son reconocidos por la dictadura, señala que desde el 14 de marzo al 4 de mayo, han recibido información de 24 personas fallecidas en Chinandega. “Hemos logrado verificar 16 de esas muertes, 10 ocurrieron entre el 30 de abril y el 4 de mayo”, dice el último informe. 

De las 10 muertes verificadas y ocurridas en los últimos cinco días, indica el Observatorio, dos tuvieron un diagnóstico de infarto, sin supuesta vinculación con COVID-19 y las restantes ocho son muertes en circunstancias sospechosas, en las que las fuentes señalan vinculación con COVID-19.

Entre las orientaciones extrañas que han brindado a los familiares de los fallecido, se encuentran órdenes de entierro inmediato, prohibición de vela o fueron acompañados por miembros de la guardia sandinista o funcionarios del MINSA durante el sepelio. 

“Estas ocho muertes en condiciones sospechosas han sido incluidas en el acumulado de 46 personas afectadas por COVID-19 en el departamento, que incluye un caso confirmado por el MINSA (Caso 1) y 45 casos sospechosos de estar afectados por COVID-19”, dice el reporte. 

Hasta el martes el Observatorio Ciudadano, reportaba 601 casos sospechosos, los que sumados a los 16 del MINSA y los 15 confirmados como activos, se totalizan 632. 

El régimen mantiene en cinco los muertos por COVID-19 y sigue negando la transmisión comunitaria.

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