Managua 8 nov (Efe).- Un hombre que literalmente enfrentó al huracán Eta y sus vientos de 240 kilómetros por hora, ha despertado admiración en Nicaragua, cuando se conoció que lo hizo para defender a su mujer, quien yacía enferma cuando el ciclón impactó la costa Caribe nicaragüense, el pasado martes. Esta es la historia detrás del video de Nihimaya, su mujer enferma y su sobrina.
Hasta hace pocas horas, Byron Nihimaya Cirilo, de 32 años, era un desconocido que algunos señalaron de «loco» y otros de «héroe». Un video en redes sociales, en el que se le ve sin camisa, intentando reparar el techo de su pequeña vivienda en medio del vendaval, que amenazaba con dejar a su familia a la intemperie bajo la intensa lluvia, se viralizó dando a conocer su infortunio al mundo.
En el video, se observa a Nihimaya con el torso desnudo, en su intento por alcanzar el techo de su casa desde un árbol, que junto a él es sacudido por los vientos como si se tratara de un trapo, y tras varios intentos, logra hacer contacto con la parte superior de la vivienda, se acuesta boca abajo, e inicia la reparación, sin que la furia de Eta le brinde un segundo de tregua.
«Creo que eso no lo haría cualquiera, si lo hubiéramos visto, le hubiéramos dicho que no lo hiciera, pero nos dimos cuenta hasta que apareció el video en redes sociales», dijo a EFE Regina Velásquez, prima de Nihimaya, vía telefónica desde la ciudad de Bilwi, ubicada 30 kilómetros al norte del punto de impacto del ojo del huracán.
Hasta ahora nadie comprendía bien lo que había sucedido, pero Nihimaya tenía una razón muy importante: Su esposa, Ivis Hodgson, estaba con fiebre, y él no quería que ella padeciera bajo la lluvia con su sobrina de 12 años, a la que ambos adoptaron como hija.
«FUE DÍFÍCIL»
«Fue difícil, pero como no quiero que le haga daño (el huracán) a mi mujer, me subí, puse unos clavos en el zinc, y me baje», dijo Nihimaya a Radio Huracán.
La sencillez con la que habla el más reciente «héroe» de Nicaragua es inversamente proporcional a la escena que protagonizó, pues en el vídeo se observa una lucha dramática del hombre contra una de las fuerzas más grandes de la naturaleza, como son los huracanes, cuyo ojo pasó apenas a 30 kilómetro de la casa de Nihimaya, ubicada en Bilwi, cabecera de la Región Autónoma Caribe Norte (RACN).
«Era la casita de mi abuelita, ella se la dejó (heredó), y como aquí es difícil encontrar trabajo, como para pensar en reponerla, seguro tomó la decisión de subir en medio del huracán», sostuvo Velásquez.
En un país donde hay más teléfonos celulares activos que habitantes, fue muy difícil dar con Nihimaya, quien carece de uno por falta de ingresos, algo normal en la RACN, la zona más pobre de Nicaragua, habitada en su mayoría por indígenas y negros.
El acto «heroico» de Nihimaya hizo que el dueño de una ferretería ofreciera techo nuevo para su casita. Velásquez dijo que la familia está contenta por el buen samaritano, ya que podría estrenar techo dentro de pocos días.
El huracán Eta dejó en Nicaragua una estela de destrucción que todavía no ha sido cuantificada por las autoridades, pero que se nota en casas que quedaron hechas astillas, barcos encallados tierra adentro, árboles y postes de tendido eléctrico caídos y techos enteros sin sus viviendas.