Daniel Ortega

Con información de EFE.- El dictador Daniel Ortega, pidió dinero a los países desarrollados para «ir recuperando nuestras economías», mientras el mundo encuentra una cura para la pandemia de la COVID-19, que se ha cobrado la vida de al menos 2,735 personas en el país, según el Observatorio Ciudadano.

En una teleconferencia del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) sobre «la era post-COVID-19», Ortega propuso a la comunidad internacional «avanzar todos, dándole continuidad en la lucha contra la pandemia hasta que tengamos la famosa vacuna, y a la par de esto, ir recuperando nuestras economías, determinante es la liquidez que gozan los países desarrollados».

En agosto pasado, el régimen de Daniel Ortega mintió, al indicarle al Banco Interamericano de Desarrollo que si no accedían al fondo las estimaciones de muertes  del Ministerio de Salud (Minsa), serían 23 mil 524 personas, mientras que aprobado los fondos, solo fallecerían 1,950 ciudadanos al final del proyecto. 

En la teleconferencia del SICA, el dictador propuso a «las potencias económicas mundiales puedan volcar una pequeña parte de esa liquidez, que puedan recortar un poco los nuevos programas que están desarrollando en el campo militar (…) y que esos fondos se apliquen a los países en vías de desarrollo, entre los que nos encontramos nosotros».

El dictador afirmó que los países del SICA están «sufriendo los embates de esta pandemia, no solamente en pérdidas de vida, sino en el daño de la economía, en el daño al crecimiento económico, en el recrudecimiento de la pobreza, cuando veníamos avanzando en la derrota de la pobreza».

El subregistro del Minsa señala a penas ha habido 5,170 casos confirmados, 1,027 activos, 3,898 recuperados y 151 fallecidos, para una tasa de letalidad del 3%.

Los datos del Minsa mantiene el contraste con los del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios que da seguimiento a la pandemia, que reporta 2.735 fallecimientos por neumonía y otros síntomas relacionados con el nuevo coronavirus, así como 10,396 casos sospechosos.

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Nicaragua es uno de los pocos países de América que no ha establecido restricciones en medio de la pandemia, mientras que el régimen es criticado por promover eventos públicos y aglomeraciones.

El manejo de la pandemia por parte del régimen ha causado preocupación en las organizaciones dedicadas a la salud y los derechos humanos en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ortega se ha declarado en contra de la campaña «Quédate en casa» porque, a su juicio, destruiría la economía local, que se ha contraído los dos últimos años y que es mayoritariamente informal

El producto interno bruto (PIB) nicaragüense decreció un 3,9% el año pasado, y 4% en 2018, como producto de la crisis social y política que afecta al país desde hace más de dos años, según el Banco Central de Nicaragua.

Para 2020 las autoridades esperaban un crecimiento del 0.5 %, pero en junio pasado el presidente del Banco Central, Ovidio Reyes, admitió que habrá un retroceso de entre el 4.0% y 4.5%, como producto de la pandemia.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó una caída de 5.9%, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) una merma de 6%.

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